La "bienvenida"

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-Aquí tiene, Sr., gracias. -le dijo mi tía al chofer, estirando su brazo con unos cuantos dolares, mientras éste colocaba mis pequeñas maletas en la acera.

-Muchas gracias. Que tengan buen día.

-Sin duda lo tendremos, ¿verdad, René? -dijo mi tía entre dientes, mirandome con lástima- ¿Qué esperas? Agarra tus porquerías.

Y mientras ella caminaba en el largo pasillo que nos llevaba de la acera a la puerta de su casa, PERDÓN, "nuestra casa", yo iba tras ella a duras penas cargando mis maletas. Mi tia Gale nunca se caracterizó por ser una persona amable, y mucho menos conmigo, ¿por qué? No lo sé, sigue siendo un misterio, así como la repentina desaparición de mis...

-¡Hijo mío! ¿cómo amaneciste? -dijo mi tía, interrumpiendo mis pensamientos, cuando su hijo, mi primo, Henry, nos abrió la puerta.

Henry... ¿qué les puedo decir de él? Casi no conviviamos, pero por lo visto ahora lo haremos, y todos los días. No sé si alegrarme o preocuparme; al igual que su madre, tenía un carácter muy especial. Me dan flojera.

-Bien, má. Desperté y no te vi.

-Si, hijo. Ahora te explico, dejanos pasar.

Henry nos abrió paso y por consiguiente introduje mis cosas en la sala principal. Estando dentro, miré a mi alrededor:

Era un palacio, bueno, no en realidad, pero sí podría serlo. Era oscuro y serio. Mi mamá una vez me comentó que vivióahí en su infancia con mis abuelos y la tía Gale, pero que al morir ellos, Gale se encargó de mi madre, hasta que ella cumplió lamayoría de edad y la corrió de casa de mis abuelos sin ninguna consideración -por suerte en ese entonces mi mamá ya había conocido a mi papá, y se fue a vivir con él- hasta unos años después mi mamá se enteró que la tía, embarazada, ya vivía ahí con su esposo Mitch.

Bajé la mirada tras mi fugaz recuerdo y capté a Henry examinándome de pies a cabeza, y me hizo sentir ajena, incómoda. Como si fuera una...¿intrusa, talvez?

-Hola, no nos hemos presentado. Soy René, tu prima. -dicho esto, le estiré mi mano, y al ver que no me correspondía el saludo, la bajé sin más.

-Te conozco, y más de lo que tu crees.

Se dió la media vuelta y se fue. Subió las escaleras y se fue. Me quedé ahí, parada, pensando en sus palabras: "Te conozco, y más de lo que tu crees"

¿Qué habrá querido decir con eso? No lo sé, y eso me tiene... angustiada.

Dulce JoeWhere stories live. Discover now