Era un día soleado, no había rastro de nubes en el cielo.
Los pájaros cantaban, cosa que no era audible para los oídos de Hoseok. Quién se encontraba con sus audífonos puestos, moviendo sus pequeños pies en el columpio, balanceándose.
El pequeño peli rosa suspiró mientras sonreía, le encantaba los días así. Un sábado perfecto, un día maravilloso, música y su columpio. ¿Qué mejor?
Tarareó por lo bajo, aumentando su velocidad. Riendo ante las cosquillas que sentía en su estomago por la gravedad.
Quizás para alguna de las personas que pasaban por ahí les parecía realmente inmaduro ese acto por parte de un chico de casi 18 años, pero a él no le importaba. El amaba columpiarse, como amaba las portaligas y... Oh claro, como amaba a su Hyung.
- Baby, I'll be yours...- Canturreó, antes de sacarse un audífono y observar como un pequeño niño se trataba de sentar en el columpio que se encontraba a un lado suyo. Bueno, lo intentaba, ya que al ser sus pies tan pequeños no podía darse el vuelo suficiente para subirse.
Bajó la velocidad del columpio, quedando solamente sentado. Miró como el menor empezaba a saltar bruscamente para poder subirse.
- Hey, hey, hey. Cuidado, podrías caer.- El pelirosa se levantó de su columpio, dirigiéndose al que estaba a su lado.- ¿Quieres que te ayude?
El pequeño asintió energéticamente, asintiéndole al desconocido. Hoseok dio vuelta al pequeño para que quedara de frente y lo tomó por las axilas, para dejarlo sentado en el rojo columpio.
- ¡Gracias, señor! - El niño se agarró firmemente de las cadenas. Trató de columpiarse, moviendo sus cortas piernas. Cuando sintió como el mayor le daba un pequeño empujón, chilló feliz.- ¡Más fuerte!
- Esta bien, solo un poco más. Si no, quizás y caigas.- Empujó con un poco más de fuerza el columpio.
- ¡Phil! - Un mujer llegó corriendo rápidamente, vestida de sirvienta, junto con un bolso en una mano y un helado en otra.
- ¡Tana! ¡Mirame, estoy columpiandome! - El niño le sonrió a la mujer, moviendo sus piesitos al ritmo del columpio. Por lo que Hoseok dejó de empujarlo, dejándo que el pequeño lo hiciera.
- ¡Phil! ¿Te has subido tu solo? ¿Cómo? Te podrías haber hecho daño. Nunca más hagas algo así, mi niño.- La señora se acercó al niño, dejando el bolso en el piso para parar con una mano el leve movimiento del columpio, revisando que el niño no tuviera ninguna herida.
- Estoy bien, Tana. El señor me ayudo a subir.- Habló cuando la señora lo bajo al piso, recibiendo su helado para luego apuntar al chico que los miraba expentantes, con una pequeña sonrisa en sus labios.
La señora miró con un poco de desconfianza al joven, mirando con repulsión la ropa que llevaba puesta; Portaligas blancos, poleron corto hasta la cintura del mismo color y una falda rosa palido hasta los muslos, junto con unas zapatillas del mismo color.
- ¿Qué te he dicho de hablar con gente desconocida, Phil? - La señora le regañó, volviendo la vista al niño.
- Si lo sé. - El pequeño rodó los ojos, dándole un pequeño lamentazo al helado.- Pero él parecía buena persona. Además, es bonito.
El niño sonrió con la boca manchada con helado y las rechonchas mejillas rojas, a lo que Hoseok rió enternecido.
- No sé preocupe señora, no le hice, ni haría nada al niño. - Habló amable como siempre, sonriendole a la señora.
La sirvienta lo miró con una pequeña mueca, para luego darle una falsa sonrisa.
- Bueno, de todas formas, muchas gracias.- La señora agradeció, levantándose, tomando la mano del pequeño y el bolso. Empezando a caminar lejos del pelirosa.
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portaligas 🌻 yoonseok
AcakA Yoongi le gustaba ver a Hoseok con portaligas. Y a Hoseok le gustaba usarlos.