Cap. 7: El fuego se propagaba

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Cuando llegue a el colegio, fui directamente a mi casillero, guarde mis cosas y me dirigí al salón que me tocaba. No había visto a Valen o a Jude, seguramente si no venía uno el otro tampoco. Aunque eso sería extraño, porque el primer día de clases, bueno el primero para mí, el subió solo al autobús, y cuando llegue valen ya estaba aquí, pero en fin eso no importa. Al tocar la campana, ninguno de los dos había llegado, y eso me estaba preocupando, el profesor entro y todos se quedaron callados.

—Buenos días clase…—Dijo el profesor mientras entraba al salón, pero fue interrumpido por unos gritos que provenían desde afuera del salón, y lo más chistoso de todo esto, era que los gritos eran en español, y por la cara de mis nuevos compañeros, estoy segura de que ninguno entendía, a excepción de mí. Cuando al fin abrieron la puerta, al instante se callaron por que se dieron cuenta de que todos los estábamos observando.

—Discúlpeme profesor, por los gritos y por llegar tarde, no fue mi intención—La voz de valen se escuchaba cansada y parecía estar un poco deprimida, lo veía en sus ojos, si alguien pudiera escuchar eso me preguntarían “¿Y cómo puedes darte cuenta? Solo la conoces desde la semana pasada”, simplemente no respondería, porque esa mirada era como la mía, yo estuve en un muy mal momento unos años atrás, pero en este momento eso no importa. Valen se dirigió al asiento junto a mí, cuando termino de sentarse la abrace fuertemente, no sabía por lo que estaba pasando, pero aun así se puso a sollozar en mi hombro. El profesor nos miró al instante,  e hizo una seña con su cabeza de que saliéramos del salón, al instante me pare y, aun con Valen llorando en mi hombro. Llegamos al patio del colegio y nos sentamos bajo un árbol.

—¿Qué sucede Valen?—Pregunte preocupada por su cara llena de lágrimas corriendo por sus mejillas.

—Yo…yo…no sé cómo explicarlo, simplemente es horrible—Dijo ella entre sollozos.

—Puedes decirme todo, estoy segura que es algo por lo que he pasado ya— Intente hacerla reír un poco, pero solo una pequeña sonrisa se le escapo.

—No creo que sientas lo que yo estoy sintiendo ahora— Comenzó a decir, y luego levanto su mirada para encontrase con la mía, claramente entendió que mi mirada estaba diciendo “Te aseguro que pase por toooodo”.— Mi… mi abuelo… mi abuelo se… se está muriendo—Continuo, para luego romper en llanto. Al instante volví a abrazarla.

—A decir verdad, Valen, yo si pase por eso, no con mi abuelo, pero algo así…— dije yo, intente demostrarme fuerte, pero aun así algunas lágrimas cayeron por mis mejillas, por todos esos recuerdos golpeando mi mente.

—¿Qué sucedió?—Pregunto, ya no estaba tan mal,  su mirada típica de interés cuando estaba muy emocionada de que alguien estaba a punto de contarle algo que parecía ser que nadie más lo sabía, había regresado. Hice una mueca y negué con la cabeza— Vamos, dime. Siiiii— Me suplico ella haciendo un puchero.

 —Unos años atrás, mi primo y yo, estábamos jugando en su casa, cuando empezamos a sentir un olor muy horrendo, olía a quemado, el humo, al instante, comenzó a entrar en la habitación, ambos empezamos a toser y salimos corriendo de su habitación, pero cuando llegamos al piso de abajo, el fuego se propagaba demasiado rápido, y no teníamos opción de salir por ningún lado, corrimos nuevamente hacia arriba y nos asomamos por la ventana y comenzamos a gritar, afuera estaban mis tíos, mi tío gritando por ayuda y mi tía llorando a mas no poder, no podíamos saltar, era demasiado alto, y tampoco podíamos salir por otro lugar porque el fuego se estaba propagando por toda la casa, Benjamín, mi primo, me agarro de la mano y corrimos al baño de su habitación, teníamos dos formas de morir, asfixiados o quemados, ninguna de las dos era muy buena, nos metimos en la bañera y prendimos la ducha, no salía mucha agua, pero algo era algo, yo empecé a llorar y mi primo me abrazo, el no lloraba, solo me abrazaba, lo último que recuerdo de eso fue comenzar a desmallarme por el humo y unos gritos y sirenas que provenían desde afuera, cuando me desperté, estaba sentada en una roca, y había un lago, no entendía nada, solo sabía que ese lugar era donde me escapaba con mis hermanos, yo sentía como los días pasaban porque todo el tiempo escuchaba las voces de mis familiares, era horrendo escucharlos llorar y suplicando que me levante, sus voces se escuchaban tan cansadas, pero lo que me hizo demasiado mal fue escuchar la voz de mi pequeño hermano preguntándole a mi hermana si yo estaba muerta, sabía que él había estado llorando, lo conocía a la perfección como para no darme cuenta. Intente muchas veces callar esas voces gritando pero nadie me escuchaba, hasta que un día me canse de estar sentada en esa roca escuchando todas esas voces, entonces me sumergí en el lago, escuchaba las voces de mis familiares, pero esta vez se hacían más intensas, al abrir los ojos lentamente vi a mi prima abril, que por cierto es muy parecida a ti en cuanto a la actitud, que comenzó a llorar y a gritar un nombre que no estaba capacitada aun como para entenderlo. Luego de unos dos días de estudios médicos, mi familia vino a verme y me contaron que estuve seis meses en coma, pero lo peor fue cuando comencé a preguntar por Ben, las miradas de todos se volvieron tristes y lo que yo no quería que pasara sucedió, mi primo había muerto protegiéndome – Las lágrimas no pudieron contenerse más y salieron sin previo aviso de mis ojos, ambas nos abrazamos y lloramos desconsoladamente intentado consolarnos la una a la otra. Luego de un largo rato, ya más tranquilas, ambas nos paramos del suelo y nos dirigimos al salón. Cuando entramos el profesor nos preguntó si estábamos bien, a lo que ambas le respondimos que sí, pero aun así todos los del salón nos miraban, algunos parecían preocupados, otros felices y a otros ni les importaba. 

Sólo una Directioner // H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora