Cita de niños.

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Era sábado por la mañana, el niño menor de la casa Uzumaki se alistaba para salir, la familia aún estaba en cama así que solo fue a despedirse de sus padres desde su puerta e hizo lo mismo con su hermano mayor. Antes de salir a la calle contó el dinero que tenía en su monedero, revisó traer las llaves de su casa y finalmente salió. Caminó un par de cuadras hasta llegar a la parada de autobús, donde Madara ya esperaba por el.

-Buenos días Madara. -Lo saludo y tomando desprevenido al niño le dio un beso en la mejilla y le sonrió.

-Llegas tarde ya me iba a cansar y me iba a ir solo.

-¡Lo lamento! Es que mi cabello estaba horrible y tarde en acomodarlo, además no encontraba mis ahorros, Naruto me los escondió para que no los gastará. -El niño ponía sus manitas juntas en señal de perdón. -Pero dime. ¿Ya estás listo?

-¡Como desde hace media hora! ¿No te siguieron verdad? -Miraba a todos lados en busca de alguien- Yo me tuve que esconder no quería que me estuvieran molestando otra vez, y cuando digo molestando hablo de mi hermano.

El autobús finalmente llegó a la parada y ambos niños subieron, eran como las 10 de la mañana y ya estaban preparados para su primera cita. Como siempre no entendían muy bien el concepto de cita, pero sabían que los novios lo hacían y ellos, eran novios, entonces podían hacerlo. Decidieron salir a un lugar de arcade, ambos disfrutaban los juegos donde podían ganar cosas, pero lo más divertido era hacerse competencia. Ambos acordaron que se turnarían en pagar los juegos, es por eso que se pasaron casi todo un mes ahorrando lo que sus padres les daban para la semana.

-¿Ayer ya no te dijo nada tu hermano? Cuando llegamos a casa, Naruto solo se encerró en su cuarto y ni siquiera bajó a cenar, ¿Se pelearon? -Hablaban amenamente en el camión y como novios se tomaban de la mano inocentemente.

-Pelearse...eso tendría mucho sentido, ese tonto también actuó raro todo el dia de ayer, yo queria saber que le pasaba, me preocupo un poco no es normal que este asi pero no salio en toda la noche ni para comer.

-Madara... -Lo miro con ojitos de cachorro -Yo no quiero pelear, no quiero que estés lejos de mí... Sería horrible sufrir por amor cuando nos amamos ¿No? ¿Nos amamos no? -Y de nuevo, decía palabras muy fuertes y con mucho significado que no entendía ninguno de los dos, o quizás sí. -Bajaron en su parada predilecta del centro comercial

-¡No seas idiota! -Tomo su mano fuerte y caminaba muy seguro de sí mismo- Nosotros no tenemos porque pelearnos asi, somos mas inteligentes que ellos, aunque somos más pequeños, seguro y solo se pelearon con sus novias o algo tonto como eso y nos queremos mil veces mas, todo estara bien.

-¡De acuerdo! -Le sonrió y muy seguro tomo más fuerte su mano, como si tuviera miedo a que se le escapara.

Cuando llegaron al arcade, corrieron hasta él mostrador y con la mitad de los ahorros de Hashirama y la otra mitad de Madara, pidieron en total unas 200 monedas, las cuales podrían alcanzar para un buen rato en el lugar.

Pasaron primero a los juegos de destreza con los pies, donde a ambos les encantaba competir ya que a pesar de tener 8 años, eran hábiles en casi todo lo que hacían, era divertido ya que por puntos muy mínimos uno u otro perdía. Siguieron con un juego donde implicaba sobre sobrevivir con una pistola en una Apocalipsis zombie, era ahí donde tenían que unir sus fuerzas y derrotar a todo aquel que se les acercara.

Jugaron durante largo rato solo para poder vencer a los dichosos zombies y claro que lo lograron, en su pequeño mundo eso había sido un logro supremamente grande y estaban orgullosos de poner sus nombres entre los puntajes más altos. Cuando al fin se cansaron de ese tipo de juegos fueron directo a los de habilidad, donde podían ganar tickets y reclamar premios, al menos ganarian los suficientes para tener un premio más decente que un simple peluche de unos centímetros o cosas para niñas.

Brothers ConflictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora