CÓMO FUNCIONA?

31 0 0
                                    

Capítulo 10

Cuando doy conferencias sobre el tema de contratar los servicios celestiales, una de las preguntas más frecuentes que me hacen es: «¿Pero cómo funciona?». La idea de recurrir al Espíritu -es decir, solicitar que se presente a nuestro lado cada vez que lo invocamos- parece pertenecer al reino de los fenómenos inexplicables. Sin embargo, lejos de ser un concepto misterioso e irreal, el proceso de pedir ayuda al Cielo depende de principios tan antiguos como el cosmos. Obviamente, la interpretación literal es que existe una abundante cantidad de seres angélicos o de otros benevolentes seres espirituales dispuestos a ayudarnos. Pero ¿cómo funciona exactamente? Vamos a considerar un par de posibilidades.

El poder del pensamiento

Para todos aquellos que no están particularmente interesados en lo metafísico, podríamos decir que se trata de concentrar nuestros pensamientos y nuestras intenciones, y utilizarlos de un modo que la mente subconsciente comprende a la perfección. Este mero hecho -el poder de la mente y de nuestras palabras- ha demostrado, una y otra vez, ser un método consistente y eficaz para crear manifestaciones físicas, estados emocionales y sineronicidades inexplicables. Nuestros pensamientos tienen más capacidad para afectar a nuestra realidad de lo que por lo general advertimos. Algunos afirmarían que toda creación procede del poder del pensamiento, del pensamiento de Dios.

Me aventuraría a decir que la convicción de que el proceso va a funcionar es motivo suficiente para que se manifiesten sus gloriosas posibilidades. A lo largo de mi práctica, he sido testigo de este fenómeno en muchas ocasiones. El sistema de creencias de un paciente o de un terapeuta puede manifestar íntegramente los resultados deseados. En otras palabras, si estamos convencidos de que funcionará y nos empeñamos en confirmarlo, nuestro mero intento será sufi-ciente para producir los efectos deseados. Para mí, ésta es la prueba última de que realmente somos poderosos creadores.

La Ley Universal

A quienes estén más habituados a los temas metafísicos les diré que cuando solicitamos la ayuda del Universo estamos invocando a la Ley Universal. Este fenómeno es la consecuencia

52

natural de una ley que se aplica a todos nosotros y que va más allá de la voluntad de establecer objetivos, del pensamiento positivo o de las afirmaciones.

La denominada Ley de la Atracción es un principio que afirma que la vibración creada por nuestros pensamientos y sentimientos envía una señal magnetizada al Universo y éste nos devuelve su resonancia. Literalmente, i el Universo nos envía los objetos que nos interesan!

Sin duda alguna, muchos de vosotros habréis leído libros, escuchado cintas o asistido a talleres que se ocupaban de una u otra forma de la Ley de la Atracción. Muchos maestros han compartido este mensaje a través de los siglos (recuerda, por ejemplo: «Aquello que siembres, cosecharás», «Todo lo que circula retorna» y la regla de oro). Si quieres conocer el tema más a fondo, podrás encontrar una enorme cantidad de fuentes de información que lo analizan en profundidad. Por ejemplo, podrías buscar en la sección de literatura inspiradora de una librería o introducir «Ley de la Atracción» en tu buscador favorito de Internet.

¿Quién lo sabe? – ¿ A quién le importa?

La verdad es que no creo que nadie pueda decirte con absoluta certeza cómo funciona este proceso. Como sucede con muchas cosas en la vida, hay en él un elemento de misterio que, en última instancia, debemos aceptar con pura fe. Pero desde mi punto de vista, eso es insustancial. Independientemente de que sepamos o no cómo funciona, se trata de una maravillosa manera de vivir que nos brinda grandes alegrías y la magnífica sensación de ser creativo. ¿Existe alguien que no aspire a algo así? ¿Cómo funciona? No tengo la menor idea. ¡Simplemente funciona!

De todos modos, no puedo prometer que el proceso de contratar los servicios celestiales funcione para todos. Ninguna idea es adecuada ni oportuna para todo el mundo. Todo lo que puedo decir es que lo intentes. Quizás no obtengas resultados evidentes de inmediato, pero cuanto más te concentres en tu intención, cuanto más gobiernes tu energía positiva, más probable será que se manifiesten los resultados que deseas. Si te entregas a la experiencia como el pato se deja caer en el agua, entonces echa a volar -o a nadar- en ella. Si no sucede nada, te ruego que no sientas que el problema eres tú. Existen muchas puertas para acceder a una relación laboral con el Espíritu.

Pon el cielo a trabajarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora