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— Justin, fue suficiente — musitó Chantel, apagando el televisor que él se encontraba observando — Todos están buscándola menos tú, ¡haz algo por el amor de Dios! Estamos preocupados — ella chilló

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— Justin, fue suficiente — musitó Chantel, apagando el televisor que él se encontraba observando — Todos están buscándola menos tú, ¡haz algo por el amor de Dios! Estamos preocupados — ella chilló.

— Quizás esté divirtiéndose con Harry — él suspiro cubriéndose el rostro con ambas manos — Que se vaya a la mierda.

— Justin, ¿Realmente crees que Stella si quiera pensaría en hacer algo que pueda llegar a lastimarte? — Chantel cuestionó — Esa candente e idiota castaña te ama con su vida. Te respeta, te admira, soporta todos tus malos tratos... ella realmente muere por ti — ella dijo — Está oscureciendo, Justin. Si fuera la situación opuesta estoy segura de que ella hubiera recorrido toda la isla intentando encontrarte — gruño — Deberías comenzar a preocuparte.

Dicho esto, la morena abandonó la habitación de Justin, cerrando de un portazo tras ella. Estaba molesta por su actitud, y era más bien porque realmente conocía a Stella, y había tenido el placer de hablar con Harry. Él parecía un buen chico, y estaba segura de que ambos tenían las suficientes neuronas como para no intentar algo extraño entre ellos.

Él estaba más que molesto con Stella, ¿Cómo podía ser que hiciera algo como eso luego de ella crear un problema tan grande? Claro, jugar a las escondidas y tener a todos partiéndose el culo preocupados por ella mientras posiblemente estaba en un lindo restaurante era muy conveniente para ella.

Justin ladró un par de maldiciones, y marcó el teléfono de su ahora en duda prometida, y al no recibir respuesta luego de siete tonos, marcó nuevamente; obteniendo la misma respuesta. Él, luego de ya varios llamados, formó una linea recta con sus labios y se colocó un abrigo, para salir en busca de su castaña.

— Que lastima que no he tenido tiempo de hablar contigo, desde que llegamos — la voz de Cindy llenó la estancia una vez Justin abrió la puerta de su pequeña cabaña — He de admitir que Stella me tiene hasta la coronilla con todos sus problemas existenciales — ella rió sin gracias, pero Justin aún se mantenía abrumado por su tan cercana presencia a él.

— Permiso, necesito pasar — él carraspeó su garganta, en un bruto intento de hacer que nada había sucedido entre ellos — Cindy, muévete.

— No me voy a mover hasta que me escuches — ella levanto una ceja, retándolo por completo, y extendió su mano hasta el marco de la puerta impidiéndole el paso — He venido aquí a conseguir lo que quiero, y eso obtendré; te guste o no. Estoy lista para empezar a jugar mis cartas, cariño.

— Es la última vez que te lo digo; muévete.

— ¿Nuestra cena de mañana sigue en pie, no? — ella cuestionó y él formó una mueca desagradable — Oh, bueno. Pensé que estarías dispuesto a hacer todo lo posible para que Stella no se enterara de tus muchas infidelidades. Porque, ¡cielos! Sé que no he sido la primera, y sé que tampoco seré la última — negó de forma burlona — Pero tu prometida es más que idiota para no darse cuenta.

— No tienes ni la menor idea de quién soy, Cindy.

— Tú tampoco me conoces, amor mío — ella ladró acercándose a su cuerpo — Más te vale complacerme de la forma en la que quiero que lo hagas, Justin — dijo — O te juro por el mismísimo Dios que voy a hacer que tú carrera de pacotilla, tu compromiso y tu vida de sueño desaparezcan más rápido que tus erreciones por Stella — concluyó.

Justin Bieber estaba acabado.

Cindy se alejó de él, pero antes volvió a mirar en su dirección y sonrío —: Entonces, ¿Nos vemos mañana?

El rubio se quedo estático en su lugar.

— Oh, y deberíamos comenzar a buscar a Stella — ella dijo haciendo una mueca — En éste momento alguien podría estar haciéndole daño, ¿no crees? — le ofreció un pequeño guiño de ojo y se marchó.

WAGS ®  - TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora