All I remember is the smile on your face

11 0 0
                                    

1 mes después
Me levante emocionada y con el ánimo en los cielos, porque ese día escucharía la voz de Shawn Mendes en vivo por primera vez.
Me puse los nuevos jeans que había comprado y recojí mi largo cabello castaño en una coleta, me puse algo de labial y rubor que me había regalado Karime en mi cumpleaños y que guardaba para situaciones especiales, antes de irme, me miré en el espejo y le dije a los pálidos ojos azules que imitaban mis movimientos:
—Hoy no habrá nada de que preocuparse, solo irás a disfrutar
Y mientras evitaba pensar donde se encontraba mi madre, tomé un taxi, y me dije a mi misma que me ocuparía de ello más tarde.
Cómo era de esperarse, el lugar estaba repleto, me empujaron al menos cuatro veces y duré alrededor de dos horas formada en la fila para entrar, cuando estuve dentro, mi confianza se vino abajo porque todas las chicas venían con sus iPhones, un montón de amigas las acompañaban, y tenian lindas playeras del merchandising que había afuera, en cambio yo estaba sola, mi celular ni siquiera tenía cámara, y mi chaqueta la había conseguido en una tienda de segunda mano.
Sin embargo recordé que me había prometido que nada me arruinaría esta noche.
De pronto las luces se apagarón y se escuchó la bonita melodía de una guitarra, seguida de una voz tan familiar pero desconocida al mismo tiempo, fue hasta ese momento que por fin dejé atrás la realidad y me perdí en una infinidad de emociones que jamás había experimentado.
Entonces encendieron las luces y finalmente pude verlo, lo primero que me llamó la atención fueron sus manos, la delicadeza con la que estás tocaban la guitarra, parecían bailar una danza secreta que solo ellas conocían, después vi el brillo que emitían sus ojos con cada nota, las chicas a mi alrededor gritaban y saltaban, en cambio yo solo podía quedarme ahí pasmada, como si de pronto mis pies estuvieran pegados al suelo y mis labios cocidos, me sabía todas las canciones pero en ese momento solo quería guardar esos recuerdos en mi memoria, grabarlos permanentemente en una roca  para que ni si quiera el viento o la marea pudieran llevárselos.
Finalmente, el concierto terminó y Shawn se despidió con una auténtica sonrisa.
Cuando estaba a punto de salir, me llama Karime al celular, y me dice asustada;
—Natalie, no vuelvas a casa —lo dice en un susurro que apenas logro comprender
—¿Qué? ¿Porqué?—le digo también en un susurro y me preparo para lo peor
—Ellos han  vuelto, de verdad quieren matarte está vez— y tal como temí, mi vida corría peligro de nuevo
—¿Mi madre está bien? —digo tratando de sonar calmada, pero sin lograrlo
—Está bien, lo mismo de siempre, le ofrecieron unas cuantas cosas   para sacarle dónde estabas y ella accedió, ya les llame a los de rehabilitación para que se la llevaran —esto en vez de aliviarme me asustó más porque mi madre odiaba que la mantuvieran encerrada
—¿Pero a donde iré?—le digo con un hilo de voz
—No importa, solo vete lo más lejos que puedas—y con esas últimas palabras, me colgó.
No perdí el tiempo y comenzé a buscar lugares donde no podrían encontrarme, y mientras los guardias controlaban el barullo de gente me salté la valla de metal que separaba a las fans y el escenario y me metí en la primera puerta que encontré, era una habitación oscura y fría, solo había un largo sofá rojo que se extendía por toda la pared, comenzé a buscar armas para defenderme si era necesario, pero mi mayor esperanza era que cerraran el lugar sin darse cuenta de que yo estaba aquí, finalmente no pude más y deje salir las lágrimas que me nublaban la visión, después de una o dos horas me quedé dormida.
Me despertó el no muy suave empujón de un guardia
—No puedes estar aquí, tienes que irte—me dijo cruelmente
—¿Cuál es el problema Mark?— esa voz la reconocería incluso muerta, era Shawn. Sin embargo es raro como tus prioridades cambian de un segundo a otro, de haber pasado eso tan solo unas horas antes, me le habría lanzado a los brazos, pero ahora simplemente me sentía avergonzada y deseaba salir de ahí lo más rápido posible.
—Hay una chica aquí dentro que no quiere irse—me sentí como una niña pequeña a la que regañan por mojar su cama.
—Lo siento, me iré ya —dije apenada
Así que me armé de valor y me levanté y fuí ala salida, fue ahí cuando finalmente lo ví, se había duchado y llevaba unos pantalones de chandál y una simple playera blanca, pero se veía terriblemente irresistible.
Entonces tomó mi mano y me detuvo, estaba cálida y era incluso más suave de lo que lucía.
—Espera, ¿estás bien?
No quería levantar la mirada porque vería mis ojos vidriosos y no podría soportarlo. Pero sin aviso alguno puso su mano en mi mejilla y me obligó a verlo a los ojos, nunca podré describir lo que ese gesto me hizo sentir, porque al diablo con las mariposas, sentía el zoológico completo no sólo en mi estómago, si no en el cuerpo entero.
—Se quién eres, bueno ni siquiera sé tu nombre, todo lo que recuerdo es la sonrisa en tu rostro, cuando estabas en el concierto —maldita sea, si no dejaba de decir cosas como esa, me desmayaría frente a él—¿Estás bien?
—Estaré bien, no te preocupes—le dije pero mi voz sonó débil
—¿Que hacías ahí dentro?— me preguntó tiernamente, me puse completamente roja y me mordí el labio y baje la mirada
—Yo solo me quedé dormida— dije nerviosa, y sonó como la excusa más tonta que pude haber dicho.
—¿Te quedaste dormida?— me preguntó nuevamente
Al final decidí darme por vencida así que suspiré y le dije la verdad
—No tengo a donde ir— evité su mirada a toda costa— hay gente mala que me persigue y quiere hacerme daño, ellos saben dónde vivo y dónde viven mis amistades, es por eso que no puedo regresar a mi casa
—¿Porqué querrían hacerte daño?—me dijo y su voz sonó a genuina preocupación
—Por venganza, mi padre es un estafador y quieren atraparme para usarme como moneda de cambio para lo que sea que les deba, pero estaré bien de verdad no te preocupes por mí — dije verdaderamente avergonzada por mi situación, al ver que se quedaba sin habla decidí decirle lo que siempre había querido porqué si no lo hacía me arrepentiría el resto de mi vida:
—Shawn tu música es inspiradora, nunca dejes que nadie te diga lo contrario— y por mero instinto, sorprendiéndome incluso a mi misma lo besé en la mejilla, podía olvidarme de cualquier cosa, pero jamás olvidaría la sensación de su suave piel sobre mis labios.

¿A donde van los corazones rotos?/Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora