Capítulo 6

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Elena's POV:

No sabía qué decir. ¿Debía abrazarlo, estrecharle la mano o salir corriendo? Jake me sonrió apenado, pero después me abrazó. Era un abrazo incómodo, para ser sinceros. Llevábamos muchos años apartados, y habíamos sido personas importantes el uno para el otro, pero eso terminó antes de que yo cumpliese los seis años.

Me disculpé cuando me separé de él y entré en el castillo, dispuesta a esconderme unas horas. El paradero del baño de la Cámara Secreta no era desconocido para nadie, y a pesar de saber que ningún peligro acechaba ahí abajo, los alumnos tenían cierto respeto al lugar y no entraban si no tenían más remedio. Me apoyé en un lavabo y me quedé mirándome en el espejo.

-¡Ya era hora de que vinieras a verme! ¡Llevo una eternidad esperándote! -me reprochó Myrtle.

-Pues esperarás otra eternidad -James entró en el baño-. Elena, sal de aquí.

-¡Te he dicho mil veces que no puedes entrar en mi baño, Potter! -chilló el fantasma.

Yo miraba perpleja la discusión entre ambos sin entender muy bien qué estaba pasando. James parecía realmente irritado, y Myrtle no dejaba de gritar y llorar. Cada vez que él se volvía hacia mí, ella le decía algo a lo que el Potter no podía evitar contestar de la forma más grosera posible. El profesor Longbottom apareció confundido por la puerta y arqueó una ceja al ver la escena. Salí corriendo hacia él y me puse detrás suya, esperando que él supiese qué hacer. Pero Neville no tenía ni la más remota idea.

-James Sirius Potter, acompáñame a...

-¡CÁLLATE! -rugió él.

Continuaron con la discusión, y el profesor sacó su varita y la observó dubitativo durante unos segundos.

-Petrificus totalus -bostezó.

James cayó pesadamente al suelo, y Myrtle se escurrió por un retrete sollozando.

-¿En qué estabas pensando, James? Tus padres te desheredarían si se enteraran de que eres lo suficientemente cruel como para pelear con Myrtle... Esa pobre chica tiene problemas, no debes aumentarlos. Y estás en un baño femenino, por si no te has dado cuenta. Y había una alumna en él. James, debes saber que tu familia tiene una reputación, te guste o no. No manches el nombre de tus padres, de tus tíos, de tus abuelos... De James Potter y de Sirius Black. Sé responsable por una vez.

James estaba colorado, pero yo no sabría decir si se debía a la vergüenza o a la ira.

-Ahora, si me disculpáis, tenemos problemas en la cocina. Los elfos nos notifican la desaparición de un elfo al que tenían acogido. Creían que se marchó, pero dicen haber descubierto que no...

-¿Qué elfo? -pregunté, asustada. Conocía a casi todos los elfos y no quería que ese elfo acogido llevara bastante tiempo ya allí y fuese uno de mis amigos.

-Kreacher.

Mis ojos se abrieron de par en par. ¿Ese elfo no había pertenecido a Harry Potter? Él mismo me lo había contado muy orgulloso, mostrándome el guardapelo que le había otorgado la libertad. James Potter masculló algo y Neville Longbottom rompió el hechizo que lo obligaba a permanecer inmóvil.

-¿Qué sabes sobre el elfo?

-Que está muerto -murmuró, incapaz de levantar la vista.

-No puede haber muerto sin haberse marchado, esto contradice lo que aseguran los demás elfos domésticos.

-No exactamente, eso depende de lo que Potter haya metido en la Cámara Secreta -rió Myrtle.

El profesor Longbottom se quedó durante unos segundos mirando al vacío, después se limitó a decirme que continuara con mis quehaceres y a caminar acompañado por James y Myrtle.

Esa noche, James no apareció para la cena; sin embargo, los elfos trataron de entrar todos en el comedor (sin éxito, pues eran demasiados) para llevar a cabo el funeral de Kreacher. El profesor Flitwick pensó que merecíamos una explicación, pero tampoco entró en detalles.

-El pobre elfo se encontró con un grupo de acromántulas que habitaban escondidas en la Cámara Secreta. Dicha comunidad de criaturas ha sido expulsada del Castillo de inmediato.

Mundungus Fletcher (el nuevo conserje de Hogwarts) irrumpió en la sala para sacar al profesor Flitwick, el cual envió a Neville Longbottom en su lugar. Jacob nos contó que Harry Potter había sido llamado, puesto que su hijo estaba en el límite de la expulsión por ocultar la existencia de las arañas, así como nos dijo qué es lo que lo hizo acabar en la enfermería tiempo atrás: James rememoraba los gritos guturales de las acromántulas, el chasquido de los huesos al quebrarse, etcétera. Según Jake, eran demasiado macabros para él.

Parece ser que James fue en busca de tales animales para mostrarse a sí mismo que era tan grande como su padre en el ámbito de la magia, sin tener en cuenta que Harry nunca llegó a enfrentarse a las bestias. Por lo tanto, iba a ser asesinado, y suplicó piedad. Y al parecer, las arañas le pidieron alimento diario, y pasaron a ocupar la Cámara Secreta para facilitar dicho trabajo al Potter; no por él, sino para que nadie le impidiese ir a llevarle dichas raciones de comida.

Y James pidió a Kreacher hacerlo en algún punto, recordándole que su padre le concedió la libertad. Y éste aceptó, pero no sabía que sería la última bandeja que llevaría entre sus manos. Las acromántulas acordaron no matar al chico, pero nunca hablaron de una segunda compañía. Esa fue la escena que presencié, lo justo para poder ver al elfo fallecer.

A partir de entonces, James cambió muchísimo su comportamiento, porque sabía que no le concederían ni la más mínima falta. Jacob nunca supo si hizo uso de sus habilidades mágicas para convencer a los adultos de no ser expulsado, pero tampoco trató de averiguarlo. Además, tanto el Potter como yo éramos aptos para ver a los thestrals, algo que no podíamos hacer anteriormente.

El resto del año pasó relativamente tranquilo. Jacob volvió a formar parte de mi vida, todo transcurrió con normalidad, y ninguna sorpresa nos aguardó tras una esquina. El año acabó por ser completamente normal.

Hoola, siento la brevedad del libro, pero el siguiente libro será mucho más llevadero.

Espero que os haya gustado!! :)

La Aguja de los SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora