trece

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Siempre me gustaron las tormentas
quizás porque crecí en ellas
llegan como olas,
rápidas
y sin avisar
observé tu tormenta llegar a mí
primero temía, luego corrí a ti
no me arrepentí
bajo tu lluvia aprendí a vivir.

No entiendo cómo a algunos les disgustan
no saben observar
donde otros sólo ven lluvia
frío
truenos
miedo,
yo veo
tus brazos abiertos.

Doscientos doce lunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora