Confused, Jealous & Damn Hot (PENTAGON)

Second Home: Yuto

Yuto sintió un pequeño golpe en su nuca.

Masajeándose la zona afectada por el impacto, dirigió sus ojos hacia atrás, buscando con mirada asesina al culpable de aquella agresión. Sus ojos toparon con la sonrisa burlona de Kino, quien sostenía una pequeña goma de borrar verde casi despedazada por las uñas del bailarín principal del grupo.

—Idiota —dijo en voz baja mirándolo y marcando la modulación.

Kino le sonrió una vez más antes de volver a bajar la vista hacia las hojas que estaba compartiendo con un bastante malhumorado JinHo.

Yuto volvió a mirar la pantalla de su móvil, ya que no tenía nada que hacer. Siempre que los demás miembros de Pentagon estudiaban japonés con el profesor de la empresa, el nipón se la pasaba usando el móvil en una esquina de la habitación o directamente, no se dignaba siquiera a hacer acto de presencia en el salón.

El lugar en el cual se encontraba era un salón de estudio en la central de Cube, en el techo se encontraban colgando las dos luces principales del lugar, en la pared frontal estaba el blanco pizarrón con las manchas de plumón que hacían caracteres coreanos y japoneses con fluidez y precisión, y en la extensión del salón, los pupitres organizados en parejas, que eran suficientes como para tener a todos los artistas de la empresa al mismo tiempo en el lugar.

Los muchachos debían sentarse lo más cercano al pizarrón que pudieran, así que solo ocupaban las primeras dos filas de pupitres, en la primera estaban Hui con HongSeok, YanAn con E'Dawn y ShinWon con Yeo One; mientras que en la segunda estaban Kino con JinHo y WooSeok, quien se quedaba sin compañero ante la falta de Yuto.

Cuando Yuto iba a clases, se sentaba en la tercera fila, exactamente detrás de WooSeok; esto era porque al joven japonés no le gustaba estar junto a los demás como si estuviera estudiando con ellos, y prefería mantenerse lejos de sus compañeros sin alejarse demasiado de WooSeok. Era un sentimiento bastante complicado, pero al menos los otros miembros lograban entenderlo (o eso era lo que le decían a Yuto cuando él explicaba).

También solía hablar con el profesor mientras los muchachos hacían sus actividades, el hombre debía tener unos 50 años, se apellidaba Nishihara y era de Toyama.

—Seokie —susurró.

El menor gruñó levemente y Yuto rio, lo más probable era que el coreano hubiera estado durmiendo; estiró su brazo hasta alcanzar el hombro de WooSeok y lo golpeó levemente, para llamar su atención y lograr que despertara bien.

—WooSeok, ¿te has quedado dormido? —preguntó en voz alta.

El joven japonés observó cómo el señor Nishihara se giró sobre sus talones y sus ojos se posaron en los de Yuto, quien sonreía con suspicacia, pensando en la reprimenda que el sensei estaba a punto de darle a su mejor amigo.

No es que Yuto le deseara mal, pero WooSeok siempre le decía que quería ser el mejor en japonés (obvio aparte del nipón natal) y siempre se quedaba dormido en clase.

—¿Me podría decir qué estaba haciendo, señor Jung?

WooSeok le echó una mirada de odio al muchacho, y Yuto le sonrió de vuelta mientras lo miraba colocarse de pie y hacer una reverencia.

—Estaba durmiendo, mis más sinceras disculpas, no volverá a pasar, Nishihara-sensei.

Yuto rio por lo bajo, sus modismos japoneses sonaban tan extraños en los labios de WooSeok.

Una vez que la conmoción hubiera pasado, Yuto pasó sobre su mesa y se sentó junto a WooSeok, observándolo y corrigiéndolo de vez en cuando, hasta que por fin la clase terminó y los todos demás miembros de Pentagon comenzaron a levantarse para salir del lugar. Yuto miró al más alto dejar caer su cabeza sobre el cuaderno abierto en su pupitre, y sonrió, revolviendo su cabello con suavidad.