EL POR QUÉ DE LA POESÍA

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Aún no ha comenzado

a sonreír el día

y la poesía una vez más

me susurra tu nombre;

me grita en tono de protesta

una y otra vez lo débil que soy

cuando teniendo la oportunidad

de mostrar al mundo

– a mi mundo – lo asombrosa que eres

no lo hago.

Quizás por el simple temor

de no encontrar en tus labios

la respuesta que desea mi alma

o tal vez por el modesto miedo de llegar

a despertar un día y no volver a verte

pasear por cada uno de los recuerdos

en los que siempre eres tú la protagonista.


Me reprocha dado a conocer sus juicios,

me reclama y tal vez tenga razón

pero a su vez

me orienta,

me guía,

me dice que estará conmigo

que no estoy solo.

Me reconforta el alma.


Y entonces tras un efímero silencio

vuelve nuevamente pero ya es diferente

regresa en forma de poema

haciendo un holograma de tu imagen

deseando ser la causa que detiene al tiempo,

pero después de una larga charla le confieso

que lo siento, que ha estado siendo utilizada

a pesar de ser poesía,

– poema –

que si no fuera por ti

su presencia no tendría sentido.


Mas solo me mira fijamente;

y tras un suspiro

le confieso que te quiero

que me hace enormemente feliz

verte caminar por la vida

como si no te dieras cuenta

del seísmo que provocas con sus pasos,

que con el trascurrir del tiempo

y gracias a la magia que desprendes de tus alas

he podido volver a respirar,

que nunca he estado tan cerca del cielo

como desde el día en que tu risa

me quebraba por dentro

desmantelando todos aquellos esquemas

que dentaban los deseos de mi corazón.


Luego

sin pronunciar palabra

sonríe

y tras un gesto se despide,

dándome a entender que

pronto volvería a verla,

que por fin había entendido

– ­al igual que yo –

eres tú

el motivo de su existencia.

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Gracias por llegar hasta aquí =)

Seguiré Publicando muy seguido, no te pierdas...

La chica de mis poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora