Así pudimos haber pasado una vida entera...
Es irónico que lo diga así, ¿no? Considerando que para los humanos nosotras seríamos casi Inmortales, que sus vidas son casi nada, insignificantes, frente a nosotras. Pero me siento haber pasado una vida de gema entera sólo al estar contigo encerrada en lo que en la tierra llaman «Océano». Tan grande, tan extenso, tan pesado, que cada segundo que pasaba era asfixiante, inaguantable, me daban ganas de romper mi propia gema por mi cuenta.
Mi intensa hambre de venganza era lo único que me mantenía firme, y cada lucha que teníamos en la mente de Malaquite, cada enfrentamiento, cada mirada de odio y desprecio, sólo me hacía querer con más intensidad dejar todo.
No entendía nada. Me mente estaba dividida en dos, tal vez más partes; Por un lado, tenía una tremenda necesidad de ser yo otra vez, de salir de esta fusión y ver a Rose Quartz una vez más. Quería asegurarme de romperla tanto que ni para fusión artificial serviría. Pero había otra parte... una parte que yo misma me negaba a aceptar. Me encantaba ser Malaquite contigo. A pesar de pelear cada día, segundo a segundo contra ti para liberarme del peso del Océano... ser tan grande, tan poderosa, ¡poder volar! Era algo nuevo para mí. Lo amaba.
Lo admito, al principio me aterró. Qué blasfemia era para un poderoso, imponente e independiente Quartz como yo, la creación perfecta, verme en la penosa necesidad de fusionarme con... contigo.
No sé qué era. Pero creo... en el fondo de mi gema que lo que me molestaba más que todo era el sentirme traicionada. Yo hacía mi trabajo al atacar la tierra como me ordenó mi nueva Diamante, sólo había que deshacernos de cualquier inconveniente que interfiriera con la misión de la eclosión del Cluster, pero cuando me vi en la necesidad ya mencionada, de hacerme al menos un poco más fuerte para hacer un intento de derrotar a Rose... me traicionaste; me engañaste, te fusionaste conmigo sólo para aprisionarme. Muy poco me importaba el que tú también fueras prisionera de tu propio poder, de tu propio castigo. Podías parar cuando quisieras, pero te negabas a dejarme ir. Te negabas a que lastimara a Steven, como le llamabas a Rose en esta nueva y débil forma física.
Lo que menos entendía era por qué Malaquite era tan increíblemente poderosa. ¿Qué la hacía tan imparable? Tú, que eras tan, tan pequeña, delgada y débil, una escuálida gema de la sentimental Diamante azul. Tú, que en sus pensamientos tan sólo deseaba descanso, un largo respiro de todo, sin fuerza, sin armamento, sin guerra, sin enfrentamientos. Sólo un respiro de la vida. ¿Qué te hacía ser tan imponente para darme esta nueva fuerza? Nunca obtuve respuesta alguna.
Pero lo peor es que, al final, esta fuerza que se perdió junto con Malaquite, se llevó consigo algo de mí. Todo pasó tan rápido, y si hubiésemos trabajado juntas de verdad, Alejandrita no nos habría vencido, ¡nadie nos habría detenido!
Pero nos separamos.
En ese momento todo cambió. Al momento de despertar, y ser una vez más yo, algo en mí faltaba. En muy poco tiempo me había acostumbrado a ti, y el no tenerte conmigo, siquiera cerca, me hirió de alguna forma.
Te busqué por varios días, semanas. Y logré encontrarte donde no creí que estarías. Juraría que habías deseado ni acercarte otra vez al Océano.
De verdad odiabas estar conmigo... y eso me hace sentir peor.
Quise convencerte de volver a fusionarnos, me rebajé hasta tener que arrodillarme y suplicar tu regreso a mí. Pero te negaste... Fue el momento más decepcionante que sentí en mi no tan larga vida. La ira se acumuló, y estuve por atacar a Steven, pero una vez más lo defendiste de mí; lo preferiste a él y no a mí.
Duele...
Traté de olvidarte, encargándome por mi cuenta de crear nuevas gemas para destruir esta patética roca de una vez por todas, y logré por un tiempo no pensar en ti.
Pero las Crystal Gems arruinaron mis planes, esa enana Amathyst que creía poder contra mí, me ocacionó varios retrasos. Pero siempre, de algún modo, deseaba ser Malaquite, cada vez quería con más desesperación ser tan fuerte para destruirlos a todos.
... Y me desesperé.
En el momento en que desesperada me fusione con esa otra gema monstruosa, corrupta por una mala creación, no pensaba con claridad, sólo quería romper... Huyó de mí, y lo único que con decepción pude pensar y decir fue «No importa con quién me fusione, nunca nadie se queda a mi lado...».
Pensé en ti. En mi último momento de consciencia, antes de corromperme casi por completo y que esa idiota de Peridot acabara con mi forma física, lo único que invadía mi mente además de la venganza, eras tú; estabas dándome la espalda, me mirabas de reojo con ira, con indiferencia, a sabiendas de lo que te confesé.
Aún me odias, lo sé. Pero... ¿Hay posibilidad de que dejes de mirarme con odio? O al menos...
¿Podría volver a ser tu prisionera?
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I'll be you PRISIONER [One-shot] Jasper x Lapislasuli.
Fiksi PenggemarEn todo este tiempo, estos fueron los verdaderos pensamientos de Jasper, lo que ella pensaba, lo que sentía mientras y luego de ser Malaquite. Lo que sintió por Lapis... Este es un One-shot ultra corto (848 palabras, creo). Como página y media. Espe...