Yura.

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Oscuridad.
Eso es todo lo que logró ver Otabek cuando abrió los ojos esa noche. Un ruido extraño lo despertó en el momento en que su despertador marcaba las 3:33am, aunque supuso que era su pareja quien tenía la extraña costumbre de levantarse a altas horas de la noche para tomar un vaso de leche.

Todavía con sueño intentó procesar si estaba solo en la cama o si Yuri seguía en la cocina. Con paciencia agudizó sus oídos y logró captar una suave respiración a su lado, Yuri estaba ahí, no había razón para seguir despierto.

Intentó dormir otra vez pero fue en vano. Un pitido agudo usurpó sus oídos lentamente y cuanto más intentaba ignorarlo, más molesto se hacía. Poco a poco la irritación fue creciendo dentro de Otabek quien suponía que se trataba de Yuri con su móvil o algo por el estilo. ¿Qué se supone que estaba haciendo? Tenían que levantarse dentro de 2 horas y todavía seguía desvelándose con el móvil.

Por un momento quiso advertirle que si seguía despierto estaría todo el día de mal humor. Bueno, más de lo usual. Pero se decidió a ignorarlo e intentar dormir, ya mañana lo aguantaría.

Tardó un poco pero al fin terminó cayendo en los brazos de Morfeo, o así era hasta que el mismo ruido volvió a despertarlo.

Bum bum bum.

Un movimiento en la cama le llamó la atención.

¿Recién ahora se acuesta Yura? ¡Amanecerá de un humor de perros!

Volvió a escuchar aquel pitido que no lo dejaba dormir y con molestia intentó regañar a su pareja para que durmiera pero se llevó la sorpresa de que algo lo detenía.

Sintió que su cuerpo se paralizaba, no sabía la razón pero sentía que no era bueno moverse. Su instinto se lo decía, se lo gritaba. Lentamente movió sus ojos hacia su reloj en la mesa de noche, con suerte faltaría poco para que suene la alarma y despierte a Yuri.

3:33am.

Un sudor frió comenzó a recorrerlo. Todavía lograba reconocer la respiración acompasada a su lado, Yura estaba ahí, todo estaba bien.

¿Ésto es lo que llamaban parálisis del sueño? Es tan aterradora como la relatan.

Otro movimiento en la cama le hizo contener la respiración, Yuri se había acurrucado contra su espalda. Soltó el aire que estaba conteniendo y le invadió una completa relajación. Sus extremidades comenzaron a responder nuevamente y agradeció al cielo la presencia del ruso.

O así era hasta que escucho el ruido de la cadena del baño.

Ese no era Yura.

Yura no estaba ahí.

Había algo ahí.

Su espalda se tenso al sentir aquello que se ocultaba detrás de él. Se movía lentamente, respiraba un aire helado en su nuca y se aferraba con fuerza a su pijama.

Las 3:33am se marcaban relucientes en la mesa de noche y era la única luz que había en la habitación. Rezaba para que Yuri regresara, rogaba con todas sus fuerzas, quería gritar pero su voz no salía, quería correr pero estaba petrificado.

La desesperación se apoderó de él.

Bum bum bum bum bum

El ruido se repetía cada vez más rápido y se agolpaba con fuerza en sus oídos. Más tarde ese día lograría reconocerlo como su propio corazón.

Su espalda ardía, sus pies estaban congelados, su cabeza lo estaba matando y unas inminentes ganas de vomitar amenazaban con corroer la poca cordura que le quedaba.

Beka..

Una voz que no reconoció susurró su apodo.

Su pecho dolía.

Beka beka beka beka beka

Cada vez más rápido.

Bekabekabekabekabekabekabekabekabekabekabekabekabeka

Cerró sus ojos con fuerza.

BEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKABEKA

Estaba gritando.

-¡Beka!-

Otabek abrió los ojos y lo primero que vio fue a Yuri arrodillado junto a él.

-¡Estúpido, me asustaste! Cuando caíste y te golpeaste corrí a verte pero no respondías, Viktor me ayudó a sacarte de la pista y te traje a los vestuarios.-

Fue un sueño... solo un horrible sueño.

-Gracias Yura.-

-No te preocupes, siempre voy a estar contigo Beka-

-Por cierto ¿Qué hora es? Siento que dormí mucho...-

Esperen... Viktor estaba de luna de miel en Barcelona. Algo anda mal.

-Son las 3:33. Dulces sueños Beka-

Las puertas del vestuario se cerraron y las luces se extinguieron. Estaba a oscuras. O casi. A un lado suyo se marcaba con un rojo brillante la hora tal y como las de su despertador.

Beep Beep Beep

La alarma del despertador rompió el silencio de la habitación.

Otabek saltó de la cama espantado. Estaba empapado de sudor frió y su cuerpo estaba completamente tenso.

Miró el reloj.

Se marcaban las 4:00am. Era temprano, estaba despierto, estaba bien.

Salvado por la campana.

Respiró bien hondo hasta tranquilizarse.
El bulto del lado izquierdo de la cama comenzó a quejarse y no importa lo que dijeran, desde ese día amaría oír a Yuri quejarse.

Se volvió a recostar, se acomodó, se tapó y hundió su cabeza en la almohada; con suerte tendría una hora más de sueño antes de que la alarma volviera a sonar, como siempre, la programaban para que sonara una hora antes así el despertar de las 5 no era tan duro.

Otabek sintió a Yuri levantarse de la cama en silencio, seguramente fastidiado por ser despertado antes de tiempo.

-Yura... vuelve a dormir...-

-...-

-...¿Yura?-

¡Espero que les haya gustado!

Lamentablemente esta basado en una experiencia personal que no le deseo a nadie u.u

¡Saludos!

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