American Authors-Luck.
Cuenta regresiva hasta el viernes. Fue una larga espera. Y como siempre, soportando los comentarios de Nina. Dios, ¿Acaso esa mujer no tiene nada mejor que hacer? En fin, estaba ya esperando a Parker, era raro. Jamas he tenido una cita real. Mas o menos. No se como son, no se nada. Rayos, parezco puberta hormonal.
Escuche que tocaban la puerta. Tres golpes fueron lo suficiente como para que corriera hasta ella y la abriera de golpe. Enfrente de mi estaba Parker, con sus hermosos ojos bien abiertos. Iba maravillosamente despeinado. ¿Cómo se sentira al tocarlo?. Me sonroje rápidamente, no se si era por la forma en que me veía, o por mi pensamiento imprudente. Tal vez los dos.
-Hey.-dijo sonriendo, Dios, es tan hermoso.-Pensé que era el único emocionado por esta cita.
-He estado esperando esto por toda la semana, créeme.-¿En serio, Lilian? ¡¿En serio?! ¡¿No puedes ser aun mas obvia?!, como era de esperarse, me sonroje. Y Parker rió por lo bajo.
-No creo que mas que yo.-guiñó un ojo, y tendió su brazo hacia mi.-¿Vamos o nos quedamos hablando en tu adorable departamento?
-Vamos. No quiero que conozcas a mi compañera de departamento, es un dolor de cabeza.-dije, poniendo los ojos en blanco. Parker y yo caminamos hasta su auto. Era lindo, no era un auto fabuloso, era de los cincuenta. Yo amaba esa clase de autos, y como nunca oculto lo que siento, ni lo que pienso, se lo recalque a Parker.
-Es genial, es como el auto de Danny Zuko.-dije sonriendo. Parker volvió a reír.
-¿Entonces tu eres Sandy Olsson?
-Tal vez, tal vez no. Aunque, tu no puedes ser Danny, él es rebelde.
-¿Crees que no soy rebelde?-enarcó las dos cejas.
-Puedes ser cualquier cosa, Parker Niewohner, menos rebelde.
-¿Por qué?-dijo haciendo un puchero, ya dentro del auto. Comenzó a conducir a quien sabe donde.-Soy sexy, cualquier chico malo es sexy. Ya tengo un punto a favor.
-Sí, eres realmente sexy, pero hay dos tipos de sexy; Uno, es el típico chico malo, y el otro...Como tu. Un tranquilo chico, amable, y tierno de Ohio.
-¿Crees que no soy un chico malo?-repitió en tono serio. Suspire fuertemente.
-¿Es lo que acabo de decir, no?-dije. El auto dio un giro brusco, aventando mi cuerpo contra la puerta.
-¿Qué demonios...? Park, dime que no eres una clase de mutilador de mujeres desamparadas.-Parker me echó una mirada burlona.
-Claro que no, Lily. No soy un mutilador de mujeres desamparadas.
-¡Entonces lo eres!-grite, tratando de forzar el miedo. Bueno, espero que al menos sí sea una broma. Sería horrible que no lo fuera.
-¡Te acabo de decir que no lo era, Lily!
-Eso es lo que diría un mutilador.-entrecerré los ojos.
-¿Entonces que diría un no mutilador?
-Oh, no lo se, algo como: Oh pobre criatura del Señor, ven, querida, vayamos a orar.
-¿Quieres qué actué como un cura?-dijo riendo, a los segundos me uní a su risa. Dios mío.
-Bien, ahora te demostraré que no soy un chico bueno.-aparcó en lugar para inválidos. Puse mi mano sobre mis labios, fingiendo asombro.
-¡Jesús!, Park, eres un total maniático.
-¡JA, JA! Eso no es todo, linda.-dijo, bajándose del auto. Estábamos en un 7-eleven. Entró corriendo, y a los minutos, volvió corriendo, aunque ahora con los brazos llenos de dulces, frituras, sodas, etc.-¡ENCIENDE EL AUTO, ENCIENDE EL AUTO, JODER!-se tiró sobre el asiento, sin abrir la puerta. Encendí el auto, y Parker, con la mano aplastó el acelerador. Puse en marcha el auto hacia atrás.