Capitulo 2

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Tres años más tarde...

Estoy sentada en una banqueta de la sala de espera del psicólogo.
Balanceo mis pies de delante a atrás.

No entiendo porque mis tíos se empeñaron en que debía ir; con mi mejor amiga, Shaura, ya era suficiente como psicóloga.
Llevo viniendo aquí desde hace tres años, después de que mi padre entrara a prisión.

- Amber Bullock— llama una enfermera.

- Yo—ruedo los ojos. No entiendo porque preguntan si solo estoy yo en la sala.

Entro donde una mujer de mediana edad que ya conocía muy bien, me esperaba sentada en un sillón.

Ah, y por cierto. Los psicólogos no son nada parecido a lo que cuentan en las películas.
Me lleve una gran desilusión al ver que se trataba de un cuarto normal, mitad sala de juegos con banquetas y sillones normales y una televisión  gigante en la pared.
La poca esperanza que me quedaba acabó cuando Pilar, mi psicóloga, se rió de mí cuando pregunté si no iba a hacer que me tumbara en uno de los sillones mientras me ponía fotografías con borrones de pintura negra.

- Buenos días, Amber—dice con su típica sonrisa que transmite tranquilidad y seguridad.

- Dirás buenas tardes, Pilar— la corrijo no tan amable.

- ¿Cómo te encuentras hoy?—pregunta ignorándome cuando tomó asiento en una banqueta frente a ella.

- Bien—miento. Hoy no estoy de humor para que me sometan a un millón de preguntas que ya me han hecho.

- ¿Solo bien?—frunce el ceño. ¡Cómo si bien fuera poco!

- Uju—sonrío forzadamente para que me deje en paz.

- ¿Estás tomando las pastillas a tus horas?

- Aja—digo mirando mis uñas.

- ¿Sigues con pesadillas?— Señora, no es necesario que me hagas las mismas preguntas cada día. Ten un poco de originalidad, joder.

- Aja—me limito a responder sin levantar la mirada.

- ¿Has intentado pensar en lo que te dije para evitarlas?

- Noup—pongo los ojos en blanco.

- ¡Por fin dice que no!—suspira cansada de mi actitud, lo que me hace sonreír con arrogancia.— ¿Por qué no?

- Porque es una gilipollez y no va a funcionar.—me encojo de hombros. Para que os hagáis una idea lo que me dijo fue más o menos lo típico de "contar ovejitas".

- ¡Aght, por favor Amber, si no haces caso a mis indicaciones esto jamás funcionara!—grita perdiendo los estribos.

- Oh bien, ¿entonces puedo irme? Porque sabía que esto era otra mierda más.—Pilar se cruza de brazos claramente enfadada.

- Hasta la semana que viene.—dice con un tono de voz duro, dando por finalizada la sesión.

- Genial.—me levanto de mi sitio dirigiéndome a la salida.

- ¡Oh, espera!—paro en seco y giró sobre mis talones.

- ¿Si?—suspiro.

- Estoy pensando en hacer las sesiones con alguien más, para que desarrolles tu amabilidad.

- Ok, haz lo que quieras,—me encojo de hombros— bye-bye— digo sarcastica y salgo por la puerta.

En cuanto salgo del hospital, recibo una llamada de mi Siss👑.

Black ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora