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— ¿¡Tercer ojo!? — preguntó alterada. — ¿¡Cómo que Tercer ojo!?

— ¡Tranquilízate! No debes tomarte todo tan enserio — respondió Britney. — Escucha, ella no me vio, no pudo verme, y simplemente por tener su Tercer ojo cerrado, son pocas las personas que se les otorga la oportunidad de abrir su tercer ojo.

La de ojos carmesí se aventó sobre el sillón, acariciando ferozmente sus sienes.

— ¡Ah, estoy más confundida que antes!

De tanto repetirlo, la fantasma no pudo aguantar.

— ¡Ya! — exclamó. — Ella no puede ver fantasmas! ¡tú sí! ¡FIN! — aclaró exaltada la niña.

— Bueno ya, pues, ya — suspiró Bonnie. — Aunque, debo admitir que me irrita mucho la idea de que me haya arriesgado por un periódico que no sirvió de nada.

— Sólo en eso tienes derecho a quejarte — respondió rendida. — Está hecho, no puedo ayudar de ninguna forma a Garnier — y de flotar por el techo, Britney comenzó a flotar por los suelos.

— Él mismo lo dijo, deberías obedecerlo.

— Es que no entiendes, Bonnie... — replicó la chiquilla. — No es por berrinche, no tienes idea de lo que ha hecho Garnier, ha hecho algo tan lindo e impresionante que le estoy eternamente agradecida.

La de cabellos morados dirigió su mirar a la niña.

— ¿Qué?

— Vida, nos dio vida — respondió seria. — U a segunda oportunidad, una oportunidad de vengarnos, y no puedo hacer nada, Garnier no me dio esta oportunidad para hacer nada, necesito ser vengada, sé que si logro vengarme haciendo que ese ruin hombre pague lo que ha hecho podré ser libre.

— ¿Libre?

— Estoy atada, Bonnie — suspiró. — No puedo descansar, no sé que es la paz, soy un alma en pena que no logra dormir, y hasta que ese asesino no muera, no me iré de este mundo.

— Eso... Eso suena horrible — respondió emotiva.

— Lo es.

— Pero... Tú no fuiste la única, ¿o sí? — preguntó la chica.

Al escuchar la duda de la ojos carmín, Britney sólo la miró y lentamente negó con la cabeza.

[...]

— ¡Abrirán hoy, vamos! ¡por favor! ¡insisto! ¡YO PAGO! — jaló más de la manga del chico.

— Te he dicho que no puedo, perdón — respondió por quinta vez. — Tengo ya un compromiso.

— ¡Sólo serán unas horas!

— No, he dicho que no, entiéndelo de una buena vez, Baby — el pelirrojo trataba de mantener la poca paciencia que le quedaba.

— ¡Oh, por favor! — gritó la chica.

De repente un objeto cayó del techo, haciendo que la pelirroja se asustara de inmediato.

— ¡Foxy, ayuda! — abrazó al chico por la espalda. — ¿Qué sucede?

Una lata se estrelló contra la pared, Baby gritó atemorizada, causando que Foxy se quejara por tal sonido tan agudo, él mantenía la calma.

Possessive [Fonnie Hetero] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora