EL DIARIO DE CHI-CHI NO HAHA

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Hay recuerdos que el tiempo no borra. El tiempo no hace la perdida olvidable, solo superable (Cassandra Clare)

Milk iba y venía de un lado a otro, ya era medio día, sus hijos no tardarían en llegar, lo bueno era que ya tenía  preparado la comida, solo esperaría a que llegarán sus hijos y su esposo.

Era un día como cualquier otro, habían pasado ya algunos días de su aniversario, y aún los recuerdos se mantenían tan vivos, tan claros, no se podría olvidar de eso tan fácil. Pero por el momento solo quería terminar todo aquello que tenía que hacer. La noche anterior, tanto sus hijos como su esposo, se la habían pasado ¨jugando¨y habían hecho un desastre, a pesar de que los había puesto a recoger, no todo había quedado tan bien. 

Así que ahora ella tenía que encargarse de todo...

[...]

Milk se encontraba sentada en uno de los sillones de la sala, contemplaba todo el lugar, ya pasaba de las dos de las tarde y aún su familia no llegaba. Realmente estaba aburrida.

Sin mucha emoción se dirigió a la planta alta y se dirigió a una de las habitaciones en  donde podría encontrar alguna distracción, además, la habitación le traía muchos recuerdos. El lugar había sido decorado por ella misma,  Las paredes era de un color azul cielo con detalles de enredaderas con rosas rojas, mientras que el techo era de un color azul marino, con detalles de estrellas entre otras cosas que le daban el toque como si fuera un cielo nocturno.

En una de las paredes había una ventana, que estaba unos cuarenta centímetros sobre el suelo y llegaba casi hasta el techo -era una gran ventana- que dejaba ver el bello bosque, eso era lo que más le gustaba, podía observar el bosque sin tener que salir y más cuando era de noche ya que se podía ver la bella luna combinada con la naturaleza y el cielo estrellado.

La habitación tenía todo lo necesario para que se hospedara una persona, una cama individual, dos sillones, un baño y un ropero. Del otro lado de la habitación, había un estante, en el cual había colocado años anteriores, cajas con variadas cosas- las cuales ya ni recordaba cuales eran. Y a lado de esté, sobresaliendo más que el estante, un mueble de madera.

Sin tener algo más que hacer, decidió que era momento de separar las cosas que servían y eran valiosas de ese montón de cajas. 

(...)

Ya había pasado casi dos horas, el cuarto ya estaba limpio; las cajas ya estaban acomodadas con las cosas que si eran valiosas y especiales— por ejemplo, varias contenían juguetes que les había pertenecido a sus hijos cuando eran bebés, también se había encontrado con objetos japonés, entre otras cosas—  solo  quedaba una que estaba en la esquina en la parte del fondo, como si estuviera escondida y resguarda.

Con mucho cuidado saco la caja, con ayuda de un cuchillo, abrió la tapa. Lo primero que vio fue un retrato, una foto de una pareja, pero no cualquiera, eran sus padres. Una sonrisa adorno su cara, ellos parecían tan felices, se miraban con un gran amor. 

Sus ojos cristalinos, por la bella imagen de su madre y padre, miraron más allá del retrato y la posaron en la caja, la cual contenía muchas cosas bellas.

Puso la fotografía a lado de ella y empezó a esculcar en la caja; visualizó dos par de telas de colores hermosos, ambos eran kimonos, también había un lindo mini carrusel, sus colores eran brillantes, los caballos estaban en muy buen estado; en la parte baja, en el lugar circular que sostenía el carrusel y hacia posible la rotación de esté, había una mini cerradura y de ella colgaba una pequeña llave de plata, la cual era adaptada para ser usado como un collar.
Teniéndolo entre sus manos, giro la llave un par de veces y de un momento para otro el carrusel comenzó a girar, mientras los caballos subían y bajaban, y la música no tardo en escucharse, acompañando el movimiento de los caballos. El bello sonido era muy relajante, era una canción sumamente encantadora.  Al terminar el bello espectáculo,  su vista se poso de nuevo en  la caja y vio otras par de cosas japonesas- un par de muñecas kokeshi, unas sonajas en forma de esferas, de animales, etc. También había broches y adornos para el cabello.

Un Amor Más Allá De La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora