Relato erótico.

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Entré en la habitación, ella me miraba y bastó un suspiro para saber que ella me deseaba tanto como yo le había añorado todo este tiempo.

Rápidamente, se acercó y sin palabra alguna me besó, en ese momento me descontrolé mí corazón latía intensamente y notaba poco a poco, como el fuego de la pasión me consumía.

Como si de una escena de película se tratase, tiré todas sus cosas del escritorio y la puse sobre esa mesa que crepitaba continuamente aunque, para ser honesto, en ese momento me daba igual, solo quería poseerla. Mientras le sujetaba las manos trataba de desabrocharle la camisa, ella me miraba profundamente, sabía que todo este tiempo no la había olvidado y eso en cierto modo le excitaba más aún.

Continúe besándole el cuello, mientras ella desenfrenada, me arrancó la camiseta. Después, me arañó la espalda y puso las manos sobre mis nalgas empujando con ganas, lo inevitable estaba sucediendo, en ese momento la mesa retumbaba demasiado, las viejas paredes no aguantaban nuestros estruendos, simplemente, parecía que todo se fuera a venir abajo.

Con mí camiseta, decidí vendarle los ojos mientras, bajaba por su cuerpo lentamente, ella sin más, agarraba mi pelo. Sentía el latido de su corazón acelerándose cada vez más, al igual que el sonido de sus gemidos que iba en crescendo a medida que me acercaba a sus ingles. Lentamente subí, la besé y comenzamos a hacerlo poco a poco. Después, cuando me encontraba exhausto, la puse encima de mi y a día de hoy sigo sin olvidar ese rostro angelical, esa sensación de tenerme totalmente atado a su merced. Simplemente, era un esclavo de sus besos y caricias que, producían una sensación de placer intenso que recorría cada parte de mí cuerpo. Jamás había experimentado una sensación igual de excitación y amor al mismo tiempo.

Simplemente, parecía que todo desaparecía a la vez que nos fusionábamos en uno.

Ese día no salimos de la cama mis ganas de hacerlo con ella no disminuían, es más, aumentaban después de cada penetración. Simplemente, quedé impregnado de ella.

Soy un simple sumiso, esperando a repetir tal acto de placer.

Lágrimas de un perturbado.Where stories live. Discover now