Leo

24 2 0
                                    


"Hoy se ve la constelación 'Leo'."

"¿Cuál es?"

"Esa."

"No veo nada."

"¿No ves las estrellas?"

"Veo muchas estrellas, pero no distingo ninguna constelación."

"Mira a donde estoy apuntando. ¿Qué ves?"

"Puntos blancos. Ah, y hay uno que está sangrando colores."

"Okay, trata de unir esos puntos con líneas imaginarias."

"Creo que si hago eso tendría la pintura de la Monaliza trazada con tantas líneas en mi mente." 

"Sólo las que brillan más, tonto."

"Creo que lo hice."

"Bien, ¿no te parece un león?" 

"Parece más como una percha."

"¡Jaja! Bueno, si eso es lo que ves, está bien, Leo es una percha. ¿Sabes algo? Según leí, Leo sólo se puede ver en primavera, o eso creo. Parece que este día es un día especial."

"O tal vez una coincidencia universal... o tal vez sólo estamos delirando."

El teléfono de uno de los chicos que conversaban acostados en la hierba bajo una lluvia de estrellas, sonó.

 "Un momento, mami me ha mandado un mensaje."

"Lindo Beeper."

"Es que mami no me quiere comprar un  Nokia, quiero el que se conecta a internet, pero dice que podría ver cosas indebidas a escondidas o algo."

"¿Como pornografía? ¡Ja, te conoce! ¡Tu madre me cae tan bien!"

"Jaja, ya párale."

"¿Y qué te dijo?"

"Que debo ir a casa."

"De acuerdo, nos vemos en la escuela, Alain."

Alain: "adiós."

Yo: "amm... espera un segundo."

Alain: "¿dime?"

Yo: "¿qué harás mañana después de la escuela?"

Alain: "nada."

Yo: "¿quieres que juguemos a las escondidas en el patio de mi casa?"

Alain: "¡sí, claro!"

Yo: "está bien, nos vemos mañana."

Alain pasa a caminar hacia su casa, a unas cuadras de la mía. Mientras, me hago una pregunta que todos nos hacemos de vez en cuando, pero cuya importancia podríamos dar por sentado: "¿Qué hora es?" Creo que le dí mucho más énfasis a esa pregunta de lo que necesitaba, ¿será eso parte de mi personalidad? Son las 8.30 pm... es tan temprano y ya se ven las estrellas. ¿Puedes ver las estrellas donde vives? Ojalá pudieras, los astros de Leo están muy visibles esta noche, esa es mi constelación favorita, pero quisiera verla más de cerca. Hmmm... ¡necesito un telescopio!

Vivir en este vecindario es motivo de felicidad, y la única razón es ese cielo estrellado. Aunque estamos en invierno, el clima es agradable, y nos permite ver con claridad. Mientras todos parecen ignorar la belleza que está justo encima de nuestra cabeza, Alain y yo jugamos en la tarde y después nos sentamos en el césped a contemplar las estrellas, a contarnos secretos, cosas que nos pasaron en la escuela, cuentos, chistes, y nos encanta hacerlo. Sentimientos mutuos que solo he de compartir con mi mejor amigo.

Mamá: "Winston, ven a cenar."

Mi mamá es muy buena cocinera. No, en realidad no. Sólo sabe comprar comida congelada y ponerla en el microondas, pero eso no está mal. Aunque claro, de vez en cuando quisiera comer algo que no haya estado quinientos grados bajo cero.

Mamá: "este es tu plato."

¿De qué me puedo quejar? ¡Es comida china!

Poco había comido cuando sonó el teléfono residencial. Mamá miró el identificador y lo tomó enojada; ya sabía de quién se trataba. Poco después de iniciar su conversación, preguntó en un tono fuerte: "¡¿otra vez?!" Algo me decía que hablaba con papá. Ella continuaba conversando: "se supone que somos un equipo. Si... sí, sé que debes hacerlo. Entiendo, pero..." Parece que papi le interrumpía, insistiendo con su excusa. "¿No te interesa venir a ver a tu hijo? ¿Es que ya no valemos nada para ti? ¿¡Es eso!?"...y colgó.

Yo: "¿mamá? ¿Todo bien?"

Mamá: "tu padre no podrá venir hoy tampoco."

Dijo entre los dientes: "miserable cochino", creyó que no la escuché.

Yo: "¿es que nunca podré verle?"

Mamá: "está muy ocupado con su trabajo, no tomará el vuelo hacia su familia quizás por un par de semanas más."

Soy solo un muchacho. ¿Qué se supone que entienda? Así piensan los adultos, pero estoy seguro de que entiendo mucho, más de lo que creen. Papá debe de estar tomando, andando con prostitutas, no puedo verlo de otra manera, ¿si no por qué mamá le llamaría 'cochino'? Con pensamientos negativos sobre mi padre, me quedé dormido.

Al fin en la escuela, me reuní con Alain. Ambos somos introvertidos, una forma de ser totalmente normal, pero los chicos nos dicen "antisociales". Es muy cruel que nos califiquen de esa manera; no odiamos a nadie, ni les hacemos daño, no hacemos nada incorrecto, sólo que no tenemos muchos amigos. En todo caso, ¿el término correcto no sería "asocial"?

Hoy es sábado. Ahora que lo pienso, es gracioso el que seamos la única escuela del mundo que abre los sábados.

Nuestro profesor de Ciencia nos pidió abrir nuestros cuadernos y poner la fecha. Escribí: "10/11/2003". Mientras que Alain puso "11/10/2003".

Yo: "viejo, debes poner el día antes que el mes, estamos en noviembre, no en octubre."

Alain: "¿qué? Siempre he puesto el mes primero, es la forma correcta."

Yo: "que no, es confuso. Debes poner el día porque es el menor, el mes después porque es el mediano, y luego el año."

Alain: "si tu lo dices..."

Yo: "confía en mí, el maestro es muy exigente con esos detalles, ya lo conoces, en cuanto se de cuenta te habla mal frente a todos."

Pasada una hora en la clase, dijo el profesor: "¡Adivinen qué! ¡Corrección sorpresa de cuadernos! Todos traigan sus mascotas, quiero ver que tengan todo. ¡Ay de aquel que no lo tenga en orden, le habrá sido mejor no haber venido hoy!"

Todos hicieron una fila y le pasaban el cuaderno uno a uno. Jeremías, el profesor, los vigilaba cuidadosamente. "¡Que hombre tan quisquilloso!" Pensaba. Entonces se topó con el cuaderno de un chico, y le gritó: "¿Qué es esto? ¡Esta fecha está mal escrita! ¡Estamos en noviembre, no en OCTUBRE!

Alain y yo estallamos de risa. "Muchas gracias por decirme, Winston." Me dijo Alain, mientras aún sonreía por la gracia.

Fue un buen día y tenemos toda una tarde por delante para jugar. Pero, unas gotas de agua habían caído en mi nariz, parece que ocurrirá una precipitación. Sólo espero que no se apresure la lluvia.

Héroe de mi MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora