Capítulo 10

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Sus ojos celestes, ahora limpios de delineador o algún tipo de rimel, observaban el caído cuerpo de su esposo sentado en el borde de la cama. No era la primera vez que él no podía dormir, ni tampoco la segunda o tercera, al contrario, ya era como la decimoquinta. Perrie notaba ese comportamiento raro en Zayn, era evidente, ojeras a toda hora, cara pálida, ojos caídos, él trataba de ser simpatico, al menos sonreír un poco, pero era como si el pensamiento o algo especifico lo consumiera. Se veía preocupado, con miedo, y a la vez, enojado.

Ella haría lo que fuera por ayudarlo, él era todo su mundo, toda su felicidad, el era el padre de sus hijos y el otro dueño de su familia. No quería verlo tan deprimido, o simplemente, no lo quería ver así: mal. 

El moreno pasó una de sus manos por su frente, corriendo mechones de pelo de su cara. Soltó un bufido y dejó caer todo su cuerpo en la capa, al lado de su fiel mujer. En un rápido movimiento ya se encontraba acorralado entre las sábanas y en un nudo, que se suponía que era un abrazo, de parte de Perrie. 

"Cariño" Le susurró en el oído mientras se acercaba más hacía a él "¿Cuándo me diras lo que te sucede?" Preguntó, con angustia

"Estoy bien. Ya te lo he dicho" Respondió, en tono seco y sin intentar hacer contacto con la rubia que lo abrazaba por la espalda

"No te creo...Amor, te conozco. Me tienes preocupada, dime, ¿Qué te pasa?" Insistió. Tenía que obtener esa bendita respuesta.

Zayn soltó otro bufido "Perrie, preciosa, estoy bien"  

"Repite lo que dijiste, pero mirandome a los ojos" Zayn, esta vez, sin quejarse, dio de una manera estrategica un giro de unos 180 grados, quedando frente a frente con la mujer que cada día hacía todo por sacarle una sonrisa. 

Él reinició el abrazo que ella le estaba brindando, y en otro susurro le dijo "Perrie, preciosa, estoy bien"

"Te creeré, pero en serio, me preocupas...Te veo diferente" Confesó mientras acariciaba con amor los oscuros cabellos de su esposo.

"No te preocupes, ya te dije, estoy bien...Voy a estar bien...Vamos a estar bien...Te lo prometo, bebé" 

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"Lou-Louis" Le llamó desde la cama, viendo como su compañero dormía en el suelo sin ninguna queja. 

"¿Ah?" Dijo sin abrir los ojos

"Tengo mucho frío" Se quejó con su voz un poco ronca y quebrada. 

"Tapate" Le respondió sin interés. Pero básicamente ni las mantas, sábanas, acolchados o lo que fuera servían. A pesar de que se encontraran las ventanas cerradas el frío de la tormenta que corría allá afuera podía sentirse notoriamente. 

"¿Tú no tienes frío?" Preguntó tratando de ganar algo de calor acurrucandose en las sábanas

"Algo..." Mintió. Parecía que dormía cómodamente, pero haber dormido más de un mes ahí abajo era lo más incómodo que había conocido.

"Ven" Louis abrió los ojos y volteó a ver a Harry

"¿A dónde quieres que vaya?" El rizado hizo una palmadita en el colchón para indicar que se acostara a su lado. Louis iba a negarse, o quejarse, pero simplemente se paró del piso, levantando las sábanas que anteriormente lo abrigaban y se acostó al lado de Harry.

Una vez que los dos se encontraron en la misma cama, los brazos del más pequeño enrollaron fuertemente por la espalda al mayor. Al principio, llamó demasiado la atención de Louis, Harry nunca iniciaba un abrazo, con suerte lo respondía o seguía, pero nunca trataba de mostrarse tan cariñoso con Louis. Sí, hacía un mes y algunos días que había cambiado y mostraba un afecto muy especial por su compañero, pero nada de cosas cursis si no se trataba de un beso por parte del ojiazul. Pensó que era un contacto raro, nuevo, pero malditamente perfecto. Los brazos de Harry se sentían fuertes a su al rededor, indicandole que estaba ahí: para cuidarlo, o simplemente, no lastimarlo. Y no sólo indicaban esa fuerza, también se sentían cálidos, acompañadores, reconfortables. 

Saliendo de la depresión [Larry Stylinson-Niam Horayne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora