-Vamos, -grito Amélie cuando llegamos al gigantesco instituto. Las puertas eran enormes, color dorado, mostrando la majestuosidad del recinto. El instituto de artes más prestigioso del mundo. No me podía creer que yo, con tan solo 17 años, hubiese calificado para poder venir aquí. Es cierto que toda mi vida me intereso el arte, y es cierto también que me esforcé mucho en poder obtener una beca. Pero aquí, rodeada de tantas esculturas, pinturas, muestras de arte, esculpidas, talladas, pintadas por los artistas más grandes de la historia, cualquiera de esas cosas le erizarían la piel a una chica de campo como yo.
-Amelie, ¿no crees que deberíamos ir a recepción primero?
-Tonterías Maya, ¿Qué acaso no quieres conocer el lugar antes de la inauguración? -Contestó muy entusiasmada.
Y era verdad, las banderas de todo el mundo decoraban el jardín interior, lleno de árboles, pinos y bellos jardines de flores. A donde fuese que mirabas, se percibía arte. He de admitirlo, si viviésemos en un mundo escrito por J.K Rowling, esta escuela sería el equivalente a Hogwarts.
-Maya Maya, ¿ya miraste por allá?- Preguntó Amelie señalando una de las torres más altas dentro del instituto. Esos son los dormitorios. Lo que sé hasta ahora, es que Piet Mondrian está construido a partir de un viejo castillo. El único con este estilo en toda Italia. Había dos grandes torres a los lados del jardín principal. La de la izquierda, eran los dormitorios de las chicas, mientras que la de la derecha, el de los chicos.
Por cierto, hasta este momento no he mencionado dos cosas. La primera de ellas es a Amelie.
Amelie es una chica de mi edad, es de estatura inferior a la mía, medirá algo así como metro y medio. Su cabello es rosa con destellos platinados, y sus ojos son color verde azulados. La conocí en la estación de trenes de Marsella. Ella es francesa, y como la estación de trenes está a tan solo tres horas de aquí, aún tiene bastante energía. Vinimos juntas en el mismo vagón, lo que nos dio tiempo para charlar, conocernos un poco mejor.
Yo en cambio volé 18 horas para llegar a Francia y trasbordar en tren hasta aquí. Desde luego, mi ánimo no es tanto como el de Amy (sí, estoy tan cansada que evito llamarle por su nombre completo).
La vida para mí, ha transcurrido de manera muy rápida. Apenas miro el atardecer, me doy cuenta que mi niñez se ha ido volando. Con el pasar de unos pocos años, la inseguridad y el miedo que había en mí, han tomado un rumbo desconocido. Y ahora, en este momento de incertidumbre, parada aquí, con cientos de personas mejores que yo en todo. ¿Qué hago aquí? Es más simple de lo que parece. Es amor. Amor al arte. No sé muy bien como describirlo. No sé muy bien cómo hacerlo. Pero sé cómo se siente. Mi refugio siempre fue este. Por eso, me siento como una persona intromisiva caminando entre dioses. No sé si es el lugar donde merezco estar. Pero, definitivamente es el lugar en el que quiero estar.
Hace 7 años, perdí a mis dos padres. Nunca supe realmente que fue lo que sucedió. Aun hoy día, la policía sigue investigando el caso. Parece ser que fue un simple accidente. Pero para mí, es algo más que eso. Viví a partir de entonces en un orfanato, una escuela de chicas donde por lo general jamás recibía visitas.
Destinada a convertirme en abogada para poder heredar la herencia de mis padres, estudiaba día y noche. Extraño, ¿no? En mi familia, se decidió que yo debía estudiar una abogacía para poder acceder a la totalidad de la herencia. Eso decía el testamento de mi padre. Y, en efecto, no desentonaba con él. Un doctor meticuloso, bien organizado, desde luego que escribió su testamento una vez tuvo a su primera hija. La cual, desde luego no soy yo. Soy la pequeñaja segunda hija. ¿Mi hermana mayor?
Cuando éramos niñas, jugábamos siempre juntas. Sin embargo, siempre escuche decir a mi hermana que no quería seguir "el linaje de la familia".
Papa quería que yo fuese una abogada, como mamá, y quería que ella fuese una doctora, como él. Pero a Taylor nunca le agrado la idea. A ella lo que de verdad le pegaba era el baile. Recuerdo que verla bailar, danzar, en aquellos bellos movimientos, con el camisón blanco largo, hacía que las mangas parecieran alas, era como ver a un cisne bailando. Fue la primera vez en mi vida que entendí el significado de la palabra talento.
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ZODIAC
Roman pour Adolescents12 Chicos. 12 Personalidades distintas. 12 Símbolos del zodiaco, una sola chica... Maya es una chica nueva en el Instituto de artes "Piet Mondrian", la escuela de artes más prestigiosa del mundo, ubicada en Florencia, Italia. Allí conocerá a chico...