2- Refugio

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Sucedió tal cual pasaba en las películas: enfocan a la chica mientras se ríe exageradamente de un chiste malo, ella desvía su mirada hacia la puerta donde ve entrar a su perdición y su expresión se transforma. Traga en seco y no aparta sus ojos de él.

Volví mi vista al televisor en el momento en el que hicimos contacto visual. Esperé no haber sido muy obvia, aunque conociéndome seguramente lo había sido.

El ambiente se tensó.

Yo estaba tensa.

Mis amigos lo saludaron con emoción, no se veían desde hacía una semana y estaban acostumbrados a verse todos los días. Claro que estarían emocionados por verlo.

—Hey Can… Candace.

Solía llamarme Can. Siempre había odiado ese apodo pero amaba que él me dijera de esa manera y escucharlo evitar decirme así volvió a romper mi corazón.

—Harry —me paré, sonreí tratando de parecer lo menos rota posible y besé su mejilla.

Teníamos una fiesta ese día, el amigo de toda la vida de Zayn, Tom, cumplía años y lo celebraba como el típico chico inglés: emborrachándose en un bar y probablemente terminando con una chica —de la que apenas sabría el nombre—­ en su cama.

Es por eso que estábamos reunidos, solíamos hacerlo cada vez antes de salir. Pero antes era más divertido para mí, podía pasarlo con mi novio y mis amigos, riéndome genuinamente sin tener que actuar todo el tiempo. En verdad lo único que quería en ese momento era estar en mi cama comiendo helado y mirando alguna película de amor, por más cliché que eso sonase.

Harry y yo nunca fuimos realmente amigos. Siempre supimos y todos sabían que terminaríamos juntos. Gran predicción: terminar juntos. Terminamos, y por alguna maldita razón debíamos seguir juntos como si nada hubiese pasado.

Esa maldita razón, de hecho, era que teníamos los mismos amigos.

Él probablemente estaba feliz, después de todo se había sacado el gran peso de encima que tenía al estar conmigo. Pero a mí me agarró desprevenida. Las parejas suelen hablar de sus problemas, pero él decidió terminar al instante. Yo no lo detuve. Dejé que se desquitara, que me dijera qué era lo que tanto le molestaba, que se había cansado. Y lo dejé ir, sin oponerme a la idea de terminar.

Quizás en eso había estado mal, pero simplemente estaba sin palabras. Recuerdo la gran pausa antes de que decidiera irse. Intenté decir algo, lo juro. Pero no podía emitir ningún tipo de sonido debido al estado de shock en el que me encontraba.

— ¡Fletcher! —me gritó Niall, sacándome de mis pensamientos— Ya nos vamos, pequeña soñadora.

—Ahm, chicos, mi auto se averió, ¿es muy lejos como para caminar, verdad? —interrumpió Harry, rascándose la nuca.

—Si quieres yo te llevo —sugerí, sorprendiendo a todos. Él simplemente asintió, encogiéndose de hombros sin siquiera mirarme.

Bajamos los 6 casi marchando: uno atrás del otro, en silencio. Sólo se escuchaba el constante sonido de mis tacos chocando con cada escalón. Finalmente llegamos a la planta baja, Harry y yo nos dirigimos hacia mi auto y los otros 4 hacia el de Zayn. Reconsideré el llevar a mi ex, ya que estar a solas con él no es algo que me fuera a hacer bien, pero claramente ya no había vuelta atrás.

Según el gps llegaríamos en 10 minutos. Créanme cuando les digo que 10 minutos eran una eternidad para mí, y más si estaba encerrada con la última persona con la que querría estarlo.

—Can… —me habló mientras estacionaba el auto. Asentí presionando mis labios uno contra el otro, como si eso fuese a retener las lágrimas que ya veía venir. — ¿Cómo estás?

No había pregunta que me molestase más que aquella.

Salí del auto dando un fuerte portazo, caminando rápidamente hacia adentro del bar, preguntándome por qué rayos todavía no habían llegado Zayn y los demás. Divisé a Tom, quien estaba rodeado de más idiotas como él animándolo a que tomara quién sabe qué cosa de un pequeño vaso de shots.

Sentí una mano tomar bruscamente mi hombro y me di vuelta dispuesta a poner en marcha la escena más grande de la noche, fingiendo una gran sonrisa y dispuesta a entablar una conversación seria con Harry. Me relajé instantáneamente al ver que se trataba de Zayn.

— ¿Podrías, por favor, dejar de fingir por un segundo? —fue una orden más que una sugerencia.

—No estoy fingiendo, Zayn, estoy bien. —le contesté sonriendo cínicamente.

—Te vi… te vi a punto de llorar mientras entrabas corriendo aquí. Como si éste fuera tu refugio. Yo puedo ser tu refugio, Candy. Es lo que hacen los amigos. Podemos salir de aquí en este mismo instante si me lo pides.

—No sé de qué me hablas. —dejando salir esas palabras de mi boca vi, por primera vez, a mi amigo realmente enojado sacudir su cabeza e irse de mi lado. ¡Bien hecho, Candace!

broken ➳ harry styles {oneshoot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora