Querido Justin:
He estado pensando en enviarte alguna de estas cartas.
Aunque tú no sepas quién soy.
Podría decirte todo lo que me haces sentir.
Y así sabría que la leerías.
Pero lo malo de todo esto
es que no sé su dirección y no sé dónde entregártela.
Aunque ya inventaré algo.
En esa carta te diría lo mucho que te amo.
Jamás me cansaré de decirlo.
Porque tú, Justin, has cambiado mi vida.
Aunque lo has hecho para bien y para mal.
Todo el tiempo te tengo en mi mente.
Todo me sabe a ti.
Todo me recuerda a tu cara, a tu sonrisa, a ti.
Y sé que me haces mucho daño.
Y tengo que reconocer que lo peor,
es que me gusta sentirme así.