Capítulo 2.

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Editado: 26/ 11/ 2021

Chica nueva.

Para cuando mi madre se adentra dispuesta a despertarme con la escoba en mano yo ya me encuentro metiendo los libros a mi mochila, ella se queda sorprendida bajo el marco de la puerta y admira mi habitación medianamente impecable.

—Pensé que seguías dormido.

—Te dije que ya no tendrías que ir más a la escuela por mis inasistencias, confía un poco en mí —sonrío.

— ¿Y crees que no lo hago? —sonríe —el desayuno ya está listo así que baja cuando tengas todo.

Cuando nos toca educación física tenemos dos opciones, podemos ir con el uniforme normal o con el uniforme de educación física, me opción es la más cómoda; al terminar de desayunar me despido de mi madre con un beso y salgo de la casa para ponerme en dirección a la casa de Inojin como cada mañana, dejo mi bici en su patio y camino hasta la entrada para tocar... su madre sale.

—Hola, hoy llegas temprano —sonríe —Inojin sigue dormido, pero pasa. ¿Quieres intentar despertarlo o debo hacerlo yo?

—Será un placer intentarlo.

Ella ríe levemente y me permite el paso, antes de subir saludo al señor Sai y me pongo en marcha con prisa hacia el segundo piso, me acerco con cuidado sin hacer mucho ruido y me detengo al estar cerca de su oído.

— ¡DESPIERTA, HAY FUEGO EN LA CASA!

Sus ojos se salen de su órbita, y mi carcajada sale con prisa al verlo salir corriendo hacia el primer piso, logro escuchar un fuerte golpe en la parte de abajo y es seguro que se ha caído al bajar las escaleras, detengo mi risa con algo de preocupación y bajo lentamente procurando que no me embosque como venganza... su padre ríe levemente y su madre muere en una carcajada feroz que la hace toser. Su mirada vuelve con molestia mientras se levanta del suelo.

— ¿¡Por qué me gritaste así!?

— ¡Oye Boruto! —Dice su madre entre el intento de controlarse — ¡Te contrató para levantarlo cada mañana!

—Sería feliz de trabajar para usted señora Ino.

—Anda, —Dice su padre con calma analizando que no haya ninguna herida —sube a cambiarte. —dirige la mirada hacia mí —Boruto ¿Nos acompañas en el desayuno?

—No muchas gracias, mi madre desayuno conmigo antes de salir de casa... ¡Vamos Inojin!

—Aprisuriti Inijin... idiota...

Reí ante su forma infantil de hablar. Mientras él sube completamente enfadado yo me acerco a la cocina con sus padres tomando asiento a la mesa mientras ellos toman el desayuno.

— ¿Qué tal ha estado tu madre? —cuestiona el señor Sai.

—Bien, no me ha dicho lo contrarío... esa pregunta más bien va para su esposa que a ella si le dice todo.

—Bien si, —asiente animada —se nota que prestas atención... ella está bien, su trabajo ya no es tan complicado como en el principio, aún tiene que tener agendas y cosas de la empresa, pero ella se adapta bien.

—Bueno... —Dice con calma —Hinata siempre ha sabido luchar, y más cuando tú naciste, en todo lo que pensó fue en darte alimento y una buena vida, y después de lo que paso con tu abuelo y todo eso...

—Cariño, —sujeta su brazo deteniéndolo —no comiences a recordarle cosas malas al niño.

El señor Sai se encoge de hombros con dolor, creo que lo ha pisado bajo la mesa, mi risa sale. Es verdad, mi madre a luchado muy duro, ella no me quiere hablar mucho del pasado, de mi padre o mi abuelo, pero mi tía Hanabi lo ha hecho mientras mi madre no se da cuenta... un día me dijo unas cuantas palabras sobre mi padre, solo un poco y me hizo algo de gracia "—Tu padre era un verdadero idiota, y sabía que eso no se le iba a quitar ¡Pff! ¡Abandonar a tu madre, qué imbécil! ¡Siempre recuerda esto Boruto! ¡Tú debes ser mejor hombre que ese imbécil!"

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