ALICE

Capítulo 1

Alice lucía su cabello castaño en una coleta, su piel blanca combinaba con el nuevo uniforme que estaba usando, mientras que sus grandes ojos cafés miraban hacia abajo, hacia sus zapatillas desamarradas.

–¿Lice? –alguien llamó a su puerta– ¿Puedo pasar?

Se paró y se dio una rápida mirada en el espejo para luego contestar:

–Pasa. Está abierto.

Se escuchó que se abría la puerta y luego unos pasos ir directo hacia el armario.

–¿Lista para volver a la escuela?

Alice miro con una sonrisa triste a su hermano, él sabe todos los recuerdos feos que traían volver a ese lugar.

–Si –asintió–. Estoy lista para volver.

Él le dio una última sonrisa para luego salir de la pieza de su hermana.

Alice se ató las zapatillas y luego se sonrió para sí misma en el espejo.

Ya cuando faltaban cinco minutos para entrar a la escuela, Alice bajó y se reunió con su familia.

Allí estaba sus dos hermanos y sus padres.

–Espero que este año sea maravilloso para ustedes... –empezó a decir la madre de Alice el mismo discurso que decía cada primer día de clases.

–Ya mamá, se nos hace tarde –dice Alice mientras mira el reloj de la cocina.

–Está bien, cuídense entre ustedes.

Luego de eso, van directamente al auto de su padre.

Alice toma el lado de la ventanilla izquierda y toma sus auriculares para poder escuchar música. Presiona la tecla aleatoria, y en los auriculares empieza a sonar la letra Crazy de Shawn Mendes.

"Think I don't need a watch to tell the time"

Creía que no necesitaba un reloj para saber la hora

"Think I don't need the sun to help me shine"

Creía que no necesitaba el sol para que me ayude a brillar

"Think I don't need a girl to be alright"

Creía que no necesitaba a una chica para estar bien

"Guess I didn't know"

Supongo que no lo sabía

"Thought I didn't need shoes on my feet"

Creía que no necesitaba zapatos en mis pies

"Thought I didn't need a bed to fall asleep"

Creía que no necesitaba una cama para dormir bien

"Thought I didn't need love to be complete"

Pensé que no necesitaba amor para estar completo

En un momento ya no escucha la música en su oreja derecha, gira su cabeza y encuentra a su hermano Mateo con su auricular en su oreja sonriéndole con inocencia.

Rueda sus ojos y apoya su cabeza sobre el hombro de su hermano, mientras que el la peina con sus dedos.

–Deja de escuchar canciones tan deprimentes –le dice Mateo mientras apoya su barbilla sobre la cabeza de Alice

–No puedo, me gustan. –contesta ella haciendo un puchero con sus labios.

–Claro que puedes dejarlas, solo no quieres.

–Tú deja de revisar los mensajes de mi celular cuando lo dejo en la mesa del comedor y yo dejo de escuchar esta música –responde ella mientras lo mira divertida. Mateo al comienzo la mira sorprendido, pero luego rueda los ojos.

–Ya, puedes escuchar esta música.

Alice dirige su mirada otra vez hacia la ventanilla mientras va pensando en todo lo que puede suceder en estas 24 horas.

¿El estará ahí? Seguramente, al menos que se haya cambiado de colegio. ¿Se acordará de ella? Obviamente, su relación fue de 6 meses, no puede haberla olvidado tan rápido. ¿Seguirá enojado con ella? 

Esas y más preguntas pasaban por la cabeza de Alice, pero la interrumpieron ya que su hermano la llamó.

–Lice ya llegamos. 

Al bajar del auto, se acomoda mejor la pollera y se alisa el pelo con sus dedos.

Ella empieza a buscar con la mirada, hasta que se topa con una de sus amigas entrada de la escuela. Alice toma impulso y corre hacia su amiga, saltando sobre ella. 

Ambas –obviamente– caen al suelo, haciendo que estén en este por unos segundos quejándose del dolor.

Varios alumnos empezaron a reírse de ellas, ya que estaban desparramadas en la entrada del colegio.  

Cuando por fin ambas pueden levantarse se saludan con un fuerte abrazo.

–¿Tu eres idiota o qué? ¡Casi me matas! –dice Agustina mientras le golpea el hombro a Alice.

–No soy idiota, solo que te extrañé–responde y la rodea con sus brazos, haciendo que Agustina ruede los ojos con diversión.

–¡Chicas! –alguien grita a sus espaldas, haciendo que las chicas se separen y dirijan su mirada hacia la persona que interrumpió su momento feliz, encontrándose con su otra mejor amiga, Zoe.

Las tres se saludan como si no se hubiesen visto en años, lo cual es mentira, ya que se habían visto hace tres días.

–¡Por fin devuelta a clases! –chilla Zoe, haciendo que Alice y Agustina la miren preocupada.

–¿Estás enferma? ¿Te sientes bien? –dice Alice mientras mueve la cabeza de Zoe de un lado a otro, buscando alguna herida o algo parecido.

–No boba, solo estoy emocionada por empezar las clases.

En ese momento suena el timbre de entrada, lo que significa que finalmente comenzaron las clases.