BULLYING《JIKOOK》

02

Llegué a casa, fue una verdadera suerte que mis padres no se encontrasen ahí. Abrí la puerta de la entrada y caminando de puntillas traté de llegar a mi habitación sin ensuciar el piso. Una vez en mi habitación me dirigí al baño para darme una buena ducha, realmente no soportaba este olor. Miré al espejo y enseguida desvié la mirada de la imagen que este reflejaba. Ahí había un chico lleno de harina y una sustancia que seguía siendo desconocida para mí. No sabía qué es lo que había hecho para que esto me pasara, qué es lo que le había hecho a Jimin para que me tratara de esta forma. ¿Qué?.

-Jungkook.- entré en pánico, esa era la voz de mi padre.

-Jeon Jungkook ¿qué es eso?¿por qué la casa...?- esa era mi madre.

-mamá....-

- ¿Qué significa esto Jungkook?- pregunta mi padre realmente molesto.

- Padre... y-yo, e-esto, no...

- ¡Deja de tartamudear! ¡No hables como un retrasado! ¿Qué es lo que pasó?.

- Padre, e-esto.- un fuerte golpe fue derecho a mi rostro.

- ¡Te dije que hables bien!

- E-en la escuela... fue una broma de mis compañeros.

- ¿Broma?- mi madre dijo sarcastica - Por favor Jungkook, qué clase de broma sería esa, primero que nada dudo que tengas amigos, segundo es obvio que eso no fue una broma, sino que al parecer no somos los únicos que te aborrecemos, todo tu colegio parece hacerlo.

- Madre.- abrí mis ojos a más no poder, realmente no esperaba eso. Mis lágrimas empezaron a caer.

- Con que es eso, eres un inutil, realmente es una verguenza que seas mi hijo, ni siquiera te puedes defender de lo que esos imbéciles de tu colegio te hacen.

- Padre, por favor. M-me duele. N-no...

- Pero te enseñaré a defenderte como sea, porque no vas a dejar en verguenza a la familia Jeon.- dijo mi padre comenzando a quitarse el cinturón. - voltéate.

- Padre...

- ¡Que te voltees te digo!.- lentamente me fui volteando hasta dejar mi espalda al alcance de su cinturón.- si no quieres que te golpee, defiéndete.- lanzó el primer golpe, mi espalada se arqueó del dolor.

- arggg, por favor no.- dije en un susurro con el rostro lleno de lágrimas. Aunque no sirvió de nada ya que un nuevo golpe fue dirigido a mi espalda.-padre....- sollocé, ya no aguanto. Otro más y más.

- Largaté.- ¿qué?- levantate y largate.

-...- ¿en qué momento llegué al suelo?.

-¡¿No escuchas?! ¡Que te levantes y te largues ahora mismo!.- mi madre desde hace rato se había cansado de ver a mi padre golpeandome así que simplemente se fue. Yo, con toda la fuerza que me quedaba me levanté y salí de la casa.

Llevaba caminando un buen rato, no sabía cuánto ni siquiera a dónde me dirigía, solo sentía que mis pies y todo mi cuerpo se desgarraba con cada paso, pero aún así no era capáz de detenerme. Solo quería llegar a un lugar donde ya nadie me lastime. Un lugar...

Caí de rodillas al suelo, no conocía el camino simplemente era una calle sin vida. Ya no lloraba pero aún sentía los ojos pesados, mi corazón al igual que mi orgullo y cuerpo estaban rotos.
Seguía sucio, ni siquiera había tenido tiempo de bañarme, sino fuera por Jimin talvez esto no hubiera ocurrido, tal vez ahora estaría en casa preparando la cena o haciendo mi tarea. Mi padre no me habría golpeado ni tampoco me habría echado de la casa.

- oye...- me sobresalté al escuchar una voz llamándome.- ¿estás bien? ¿por q-que...? ¿Jungkook?. ¿Jungkook qué estás haciendo aquí y por que estas así?

-¿Jin hyung?.-

-¿Peque qué pasò?-

- Todo-

- ¿Qué?

- Jimin me golpeo, humilló, hizo esta estúpida broma y ensucié la sala, mi padre me golpeó y me echó de mi casa, además de reprocharme lo inutil que soy. Todo pasó hoy ¡todo!- estallé.

- ¿te echaron de casa? No te preocupes te puedes quedar en la mía.

- No siquiera me conoces, ni yo a ti.

- Claro que sí, me llamo Kim Seokjin y soy tu hyung, el hyung que te llevará a casa a darte un buen baño y que te ofrecerá un hogar.

-¿cómo?- pregunté realmente sorprendido.

- Sí, te ofreceré un hogar, no sé qué fue lo que pasó para que terminaras así. O el porqué esos idiotas te hacen esto, pero sé que no lo mereces.

- ¿Cómo sabes?.

- Porque esa carita que tienes no parece hacerle daño ni a una mosca. Ven vamos.- me ofreció su mano para levantarme.

Un hogar...