No lo conocía. Al menos no recordaba hacerlo.
El hombre tenía ojos oscuros como las sombras y ojeras profundas. Una barba espesa y canosa le cubría todo la parte del rostro desde la nariz para abajo naciéndole desde las patillas. Vestía de negro; y su sonrisa era sumamente cínica, perversa.
Antes de que Zayn pudiera hacer algo, aquel hombre le estaba hablando una vez más.
-Más te vale no hacer una locura, Zayn. Si gritas, tu pequeña hija, que por ahora duerme tranquila en su habitación, va a despertar y venir corriendo hasta acá, y voy a verme obligado a callarla de la forma más rápida y menos amena. Y si das si quiera un paso sin mi permiso, voy a tener que decorar la cabeza de tu mujer con un bala.-
-¿Qué es lo que querés?- logró articular, con el sudor frío pegándole la camisa a la espalda, con los ojos cristalizados de miedo. Miedo por su familia.
-¿Qué es lo que quiero?- parecía más que divertido con toda esa situación -Lo que quiero aún no voy a decírtelo. Pero mientras tanto, quiero que nos cuentes de dónde venís.-
-¿Qué?-
-Quiero que nos cuentes, a Perrie y a mí, de dónde venís.-
-De trabajar.- respondió, cuando lo vio apretar más fuerte el arma contra la sien de su esposa y ella no pudo evitar sollozar con más fuerza.
-¿De trabajar?- sonrió -¿No es un poco tarde para volver de trabajar? Digo.. Las once de la noche resulta algo extraño para ser la hora en que finaliza su jornada un publicista.-
-¿Qué estás queriendo decir?- su ceño estaba fruncido.
-Lo que quiero decir, es que a Perrie y a mí nos encantaría que nos dijeras la verdad, Zayn. ¿De dónde venís?-
-Ya te lo dije. De trabajar.-
-No entiende.- rió, dirigiéndose a la mujer -Zayn, vamos a jugar a hablar con la verdad y solo la verdad. ¿Sí? Y cuando vos respondas con algo que es mentira, y yo voy a darme cuenta cuando así sea, algo malo va a pasarle a Perrie.- explicó, sin perder aquella maldita sonrisa enferma -Entonces, ¿de dónde venís?-
-De un apartamento.- murmuró.
-Oh muy bien, ¿y de quién es ese departamento?-
El moreno miró a su esposa, por unos segundos, con los ojos dolidos de verla así, en peligro. Ella lloraba y él estaba a punto de hacerlo. Pero más allá de todo el miedo y la angustia que ella tenía en ese momento, pudo ver cómo su rostro se había transformado al escuchar que él no volvía de su trabajo. Lo estaba mirando fijamente, confusa y extrañada; ella quería saber de quién era ese departamento.
Y le doliese cuanto le doliese, él tenía que decirlo, o Perrie iba a morir.Él jamás podría soportar perderla, no podía; aunque sabía que cuando abriera la boca probablemente ella jamás fuera a perdonarlo.
-Malen Forbbess.- susurró tras inspirar, apretando los ojos -Ese es su nombre.-
Pudo ver el alma de su esposa romperse en sus pupilas dilatadas. Porque ella no necesitó explicación alguna, ella sabía por qué estaba en aquel departamento, con aquella mujer.
-Malen... Qué lindo nombre.- comentó el hombre armado, contento con aquella confesión -Pero creo que Perrie no tiene el placer de conocerla. Zayn, ¿por qué no le mostras una foto de Malen?-
-No tengo.- respondió, aún buscando la mirada de su mujer lacrimosa, que ahora se resistía a tener contacto alguno con él.
-Vamos. Yo sé que sí, una foto la tiene cualquiera.- insistió -Quiero que me muestres mientras buscas la foto. No vaya a ser que cometas el estúpido error de intentar comunicarte con alguien.-
-No tengo fotos.-
-Estoy seguro que debes tener varias en los archivos de Whatsapp. Quiero que me nos muestre una, y estoy hablando en serio. Hacelo, ahora.-
Sacó su celular del bolsillo trasero del pantalón y encendió la pantalla.
-Quiero ver todo lo que pasa en esa pantalla.- le fue exigido.
Con lo que se vio obligado a enseñarle lo que hacía.
Entrar a Whasapp, buscar el contacto de Malen, una de las fotos.-Esa me encanta. Vamos Zayn, mostrale esa.-
Perrie estaba mirándolo otra ves, fijo, con los ojos rojos y mojados; y él se maldijo por lo que estaba a punto de ser.
Dio unos pasos al frente, exactamente esos que le habían permitido.Los ojos azules escudriñaron la foto que iluminaba la pantalla del teléfono. Una muchacha de cabello chocolate sonreía seductora con labios gruesos y tenía unos ojos castaños entrecerrados; su cuerpo exuberante en una lencería roja de encaje.
Fue evidente cuando Perrie apretó los ojos, que él había perdido a su mujer. Y eso le ardía en el pecho, le dolía; aunque jamás iba a dolerle tanto como que algo le pasara a manos de ese enfermo.-Linda chica. Aunque algo.. atrevida.- el comentario quedó en el aire, porque Zayn no se concentraba en más que su mujer, que con mayor flujo de lágrimas en los ojos se rehusaba a tener contacto visual con él.
-Pezz.. Lo siento tanto.-
-No me mientas.- susurró ella por primera vez, con la voz ajada.
-Cariño, en serio. No.. No quería lastimarte.-
-El típico discurso del hombre infiel. Esto es tan cliché..- se lamentó el tercero. -Dame ese celular.- exigió.
-No voy a usarlo.-
-Dámelo.- exigió más fuerte -Ahora, o le disparo.-
Tuvo que entregarlo, él tenía el dedo sobre el gatillo, apuntando a la cabeza de su mujer.
-¿Qué es eso? ¿Llamada rápida? Ay Zayn, no deberías haber hecho eso.-
Entonces el estruendo de un disparo inundó el departamento, junto a dos gritos. Uno de terror, uno de dolor.
Y luego los pasitos delicados de un infante y la vocecita al otro lado de la puerta.
-¿Mami?-
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Price To Pay |ZERRIE| • TERMINADA
FanficLo tenías todo, y no lo valoraste. Ahora vas a tener que pagar por ello.