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Los dos jóvenes regresaban a su residencia, después de atravesar de nuevo ese largo camino.

Los dos iban callados mientras el ascensor subía hasta el penúltimo piso del edificio. Las manos de ambos seguían entrelazadas, JaeMin se había llegado a acostumbrar al calor que le brindaba el agarre.

Las puertas del ascensor se abrieron dejando ver el pasillo donde JaeMin tendría que bajar.

-Gracias JiMin-eso era lo único que podía decirle, en realidad le había echo un favor al sacarla de su casa.

JiMin sonrío sin saber qué responder, pero por dentro sabía que tendría que soltar la mano de la chica. La chica avanzó sin soltar su mano, la soltaría hasta el último segundo.

-¡Espera!-JaeMin se volteó hacia el pelirosa, que tenía extendida su mano sujetándola la suya suavemente.

-¿Si?-JiMin se perdió por un momento en los ojos de la muchacha. Quería decirle muchas cosas, desahogarse de todo ese peso, pero simplemente no pudo.

-No..que tengas buenas noches-la chica sonrío y soltó la mano de JiMin para desaparecer en el pasillo.

Las puertas del ascensor se cerraron, haciendo que JiMin perdiera su oportunidad de decirle algo a JaeMin.

-Eres un imbecil...-se reprendió a si mismo, cayendo en el suelo mientras agarraba su cabello.