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JaeMin había cumplido su promesa con el doctor de cuidar a JiMin. Se sentó cada tarde en su cama a asegurarse que JiMin tomara cada uno de sus medicamentos.

-No quiero tomar nada JaeMin, me hace sentir como si fuera a morir pronto-protestó JiMin mientras la chica le extendía unas pastillas y un vaso de agua.

-Si no los tomas si vas a morir, y no quiero eso, así que vas a tomarlos o te los voy a meter por donde no te da el sol-JiMin abrió los ojos un poco sorprendido y formó un linda sonrisa en sus labios la cual derritió hasta la última defensa de JaeMin.

-Solo por ti los tomaré-JiMin extendió la mano y la chica depositó las siete pastillas en su mano. La chica vio cada movimiento y se aseguró que los tomara todos-Aún no entiendo por qué vienes, puedo cuidar de mi..

-No, no puedes, por qué seguramente no tomarías tu medicación y no quiero un montón de personas sacando tu cuerpo sin vida de aquí-JiMin volvió a tener esa sonrisa que podía sacar lo mejor de JaeMin.

-Ven aquí..-JiMin movió su mano haciendo gestos para que JaeMin se acercará a donde el estaba en la cama.

JaeMin obedeció a los caprichos de JiMin, esa chispita en los ojos de JiMin hacia que la chica hiciera cualquier cosa por el.

JiMin abrazó a JaeMin, la sostuvo ene sus brazos justo como una madre sostendría un bebé. Apartó los cabellos que estorbaban la visión de los ojos de JaeMin y sus mejillas completamente rojas. El latido del corazón de JiMin estaba acelerado y JaeMin podía escucharlo al estar en su pecho.

-¿Sabes? Tus ojos son tan hermosos como los mares en Thailandia...

-¿Que?-JaeMin comenzó a reír y levantó su mano para jugar con los mechones de JiMin-Mis ojos son cafés, no se parecen a un mar..

-Ya que, no tenemos un mar cerca aquí en Seúl, vamos a ir a conocer uno-JiMin sonrió al ver la cara de sorpresa de JaeMin.