El mejor verano de mi vida

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Bueno, ahora que ya sabéis como somos, vamos a deciros la historia de como nos conocimos. Primero empezare a narrar yo la historia.

Narra Lucía:
En Murcia se acabaron las clases y al día siguiente mi familia y yo nos preparamos para ir de viaje a Madrid, ya que hay tenemos a unos pocos familiares y mi hermano tiene un amigo hay, por ello lleva repitiendo que quiere ir como dos meses y ya estaba llegando a ser muy pesado. Además yo tenia ganas de ir también porque allí hace unos años tenia unos amigos majisimos y quiero estar con ellos de nuevo también porque me gusta mucho el pueblo al que vamos y tener una casa allí durante un tiempo e ir a la playa todos los días y muchas mas cosas. Hace dos o tres años ya que no vamos y por eso yo creo que tenemos todos tantas ganas. Rápidamente nos despertamos, desayunamos, nos vestimos y vamos en coche hasta el aeropuerto (les he convencido para ir en avión porque como esta a casi cinco horas que que es un pueblo que esta a una hora y media de Madrid y como casi nunca caben las maletas tenemos que llevarlas al lado mi hermano y yo y es muy molesto). En el avión conseguí sentarme en el asiento que da a la ventana y yo más feliz que nada aproveché para hacerme unas fotos que quedaron muy bien gracias a la ayuda de mi padre. Al llegar a Madrid estuvimos unas horas dando unas vueltas por la ciudad y a las seis y media o así nos cogimos un autobús hasta el pueblo, cuando llegue me emocione tanto que sin que me vieran mis padres lloré un poco y después nos alojamos en la casa de alquiler. Después de estar una hora en la casa eligiendo las habitaciones y vaciando las maletas decidí dar una vuelta por hay ya que amo el pueblo con llaves de casa ya que nos dieron dos. De repente iba tan feliz dando saltos y todo que las llaves volaron y se engancharon en la copa de una pequeña palmera, cuando me di cuenta y fui a cogerlas un chico bastante guapo salió por detrás de la palmera y empezó a trepar por la palmera, yo creí que me las iba a robar y le empecé a insultarle y casi hasta a gritarle, de repente bajó de la palmera con cara triste, se arrodillo me pidió perdón y me dio las llaves con una pequeña sonrisa por ello yo me puse un poco roja.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora