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Mi querido chico del autobús:

Hoy fuimos a tomar ese café que estuve esperando días enteros, suplicando que no lo olvidaras.

Te di mi número y tú a mi el tuyo.

Fuimos a la plaza y me suplicaste que me subiera en el típico carrusel para niños, yo me reí mientras luchaba inútilmente contra ti para que no me arrastraras contigo, pero no pudiste subir porque ¡Oh, sorpresa! Ya somos muy grandes.

Tomamos aquel café en esa nueva cafetería y estuvimos hablando de muchas cosas incluyendo nuestro pasado en común. Yo sigo fingiendo no conocerte.

Al salir me dijiste "Sabía que era tarde pero no quería que te fueras todavía"

Me llevaste a casa más tarde de lo que le prometiste a mi madre y aún así le agradaste a ella. Hablaron bastante rato hasta que decidiste que era hora de irte.

Y parece que te divertiste conmigo como yo contigo.

—Memorias de autobús

My School Bus BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora