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Mi querido chico del autobús:

Hoy no te vi, en absoluto, excepto al final del día, ¡pero que suerte la nuestra! Hoy por primera vez en la vida se me bajo la presión y fue de las pocas veces que te acercas a mi voluntariamente.

Me sentía horrible e intentaste hacerme hablar para que se me quitara el malestar, estaba temblando y no pude decir nada. Sentía que vomitaría si decía algo, pero al menos te escuché mientras intentaba dormir en vano... Ya no sé que siento por ti, sólo sé que me encanta que intentes hacerme hablar o sentir mejor... Pero ya no se que hacer contigo ¿puedes darme un consejo?

—Memorias de autobús

My School Bus BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora