¿Donde Estabas Edd?

Nostalgia...

Luego de una tarde llena de risas, amenazas, juegos, ect, todos debian regresar a sus hogares. Kevin se ofrecio a acompañar a Edd y sus pequeños monstruitos.

El camino fue tranquilo y comodo para todos, luego de varios minutos llegaron a la casa de la pequeña familia pues no quedaba tan lejos.

—gracias por traernos Kevin, fue un gesto muy lindo de tu parte —agradeció el azabache sonrojado con una tierna sonrisa.

Kevin juro sentir un flechazo de ternura atravesar su corazon y tambien sonrio bobamente.

—no fue nada Eddward —ambos adultos estaban perdidos en su nube de ternura que dabs diabetes sin notar ls irritada mirada de los mas pequeños.

Ambos jalaron la ropa de su madre llamando su atención.

—mamá ya hace frio aqui —mintieron ambos aun parados frente a la puerta del hogar.

—b-bueno Kevin, adios —Edd se despidio y habrio la puerta para los pequeños.

—¡espera! —grito algo alterado— d-dame tu numero al menos —el peli naranja sentia su cara arder, había gritado y tartamudeando frente a su persona especial.

—b-bueno —el azabache lo miro confuso pero aun asi le dio su numero y ahora si se despidieron.

"Bonito reencuentro" fue el pensamiento de ambos.

Luego de bañar a los niños y preparar la cena Edd se dio su merecido descanso cayendo en brazos de morfeo.

Kevin por su parte rompio su rutina de dormir ni bien poner un pie en la casa y vio por horas a aquel contacto que siempre deseo tener, hablarle a la mañana, ni bien despertara, saludarlo por las tardes, habisarle que llagaria a casa y hablar el resto de la noche.

Pensamientos de toda colegiala.

Fruncio el seño al recordar que su pequeño y tierno hombresito amaba a alguien desde niños, de pronto una idea surgio de su mente, le enamoraría.

—dios, alguien que me de un premio, soy un maldito genio. —se felicito y tambien cayo en brazos de morfeo.

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Era una hermosa mañana, el sol salia, las aves cantaban y dos pequeños niños buscaban desesperadamente sus medias pares.

—¡idiota! Te dije que las guardaras —regaño el azabache al rubio.

—¡waa! ¡mamá nos va a matar! —grito desesperado el azabache, la madre de ambos les habia enseñado a dejar todo en su lugar, correcto y ordenado cosa que...  No les iba muy bien.

La habitacion de los pequeños era un desastre, parecia que una bomba hubiera explotado alli desparramando todo.

Si su madre entraba no habría salvación.

Luego de unos minutos escucharon los pasos de su madre dirigidos a la habitacion, aun mas desesperados buscaron los pares y por energias celestiales lograron ponerse los zapatos y arreglarse el uniforme antes que la catástrofe se desatara.

Ya listos salieron a la escuela, Edd veia todo con nostalgia y una sonrisa, muchos recuerdos felices, otros no tanto.

Miro a los niños caminar hacia la entrada y regreso por donde vino, la nostalgia invadía su cuerpo, eran tantos momentos alli vividos, le hubiera encantado criar desde bebes a los niños en su vecindario, con sus amigos cerca, con su...  Con su madre, para que le dijieran abuela.

Pequeñas lagrimas cayeron de su rostro. Decidio visitar a su amada madre.
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Cuando llego recorrió las lápidas hasta que llego a la indicada, retiro las flores secas y las cambio por unas nuevas.

—mama, se que en mi infancia estuviste muy ocupada y no tenias tiempo para estar conmigo, lo entiendo. Oh,  perdon por no visitarte en estos años, te contaré, tengo dos pequeños muy hermosos...

La tarde paso, contándole todo lo vivido en sus ultimos años, y con una tierna sonrisa se despidio con la promesa de regresar.