Hacker |PAUSADA|

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Hace unos pocos días, el hombre—al cual hackeé gracias a la lujuria de su hijo— me mandó una "advertencia". Curioso, lo sé... ¿Quien amenaza a su chantajista? No tiene pies ni cabeza.

El mensaje decía lo siguiente:

"No sé quien eres, pero no te saldrás con la tuya. Soy un hombre poderoso y averiguaré quien eres para hacerte morder el polvo. No te voy a pagar ni un duro."

¿Piensas lo mismo que yo? Eso espero.

Es demasiado ver que este hombre es realmente estúpido. Si no quiere pagar para recuperar su información, entonces pagará por sus crímenes.

Todo el mundo—literalmente—conoce las consecuencias que implican desafiar a BrainStorm.

El sonido de las teclas siendo pulsadas invaden el ambiente sombrío de mi habitación, convirtiéndose así en el único sonido que logro escuchar. Los comandos que escribo, aparecen en la pantalla y mis ojos los visualizan rápidamente.

Jamás me había sentido tan emocionado por algo así.

En unos pocos minutos toda la información que tenía en mi poder sobre Pierre Lavoie, estaba colgada en los foros. Sólo es cuestión de minutos que la gente la vea... ¿Que digo? ¡En pocos segundos todo el mundo sabrá quien es ese hombre en realidad!

Pierre Lavoie no es ningún empresario caballeroso con una brillante armadura.

Desde luego que no lo es.

Esas generosas donaciones para investigar el cáncer no tiene nada de generosidad.

Eso está muy claro.

Pierre Lavoie es uno de los muchos ayudantes del mismísimo diablo.

Los periódicos empiezan a publicar noticias de última hora en su páginas weby los telediarios interrumpen la programación habitual para informar de mi reciente ataque a Pierre Lavoie.

Las redes sociales empiezan a volver viral la noticia y comentar sobre el tema. Los foros me alaban y  seguramente la policía ya esté investigando sobre lo ocurrido.

Como de costumbre, mi móvil comienza a sonar.

—Buenas tardes, princesa.— saludo a Jannete.—

—¿Princesa?—pregunta una voz grave. Mierda, pensaba que era Jannete quien me llamaba.—¡Mueve tu culo aquí! BrainStorm la acaba de liar pero bien

—¡A la orden!—exclamo antes de cortar la llamada.—

Guardo uno de mis portátiles en la bolsa y salgo de mi apartamento para dirigirme hacia el centro de operaciones. La gente camina por las calles, al igual que yo.

Me lleva unos veinte minutos llegar, el edificio está abarrotado de gente como siempre y el ascensor no es la excepción.
En la pequeña pantalla veo como los números aumentan hasta llegar al piso que me interesa, las puertas se abren dejándome ver el lugar en el que llevo algún tiempo trabajando.

Todos los miembros del equipo están presentes. Toxic Shadow se encuentra delante de su ordenador; El gilipollas—de nombre Wilson— y el inspector Rottenberg están hablando y Jannete está hablando por teléfono con una ceja arqueada.

—Buenas tardes.—digo dejando mi bolsa encima de mi escritorio.—

—BrainStorm ha vuelto a atacar.—me dice Victoria.—

—Toxic Shadow...¿Por qué cada vez que hablamos lo primero que me dices es eso?—le pregunto.—

—¿Que tal si te concentras en hacer tu trabajo?—comenta con suspicacia.—