el pasado invierno

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Sucedió el pasado invierno, un día triste Bueno así son los inviernos ¿no?, el cielo estaba como a punto de desatar una inmensa tormenta aunque no estaba cayEndo ni una sola gota y para colmo yo estAba castigado aunque eso es normal en mí...

Yo, estaba triste y enfadado, así que decidí irme de casa un rato, al menos para despejarme el coco de la cantidad de deberes que me había mandado mi profesora de lengua, más buena gente ella...

Cogí un bus y acabé justo en frente del parlamento, tras andar durante lo que a mí, personalmente, me parecían horas... me encontré con una chica que parecía de más o menos mi edad tal vez un poco más pequeña, estaba fumándose un cigarro encima de un coche y no paraba de cantar...

Me acerqué a ella y le pregunté que porque cantaba en medio de la carretera y me respondió muy segura de sí misma.

-me gusta cantar y fumar pero sobre todo adoro los días de lluvia...

No me había dado cuenta estaba lloviendo, estaba tan concentrado en mis problemas que no me había dado cuenta que había empezado a llover.

De repente noté que me estaba mirando a los ojos fijamente pero en cuanto me di cuenta se puso a mirar para otros lados y alzando la vista al cielo me dijo:

-vamos a perdernos juntos ¿vale?

Yo, como no tenía otra cosa que hacer la seguí.

Empezamos a caminar, cruzando la pasarela que está en frente de una gasolinera en torneo,

Andamos por lo que era antiguamente la expo del 92, si nos hubiesen grabado nos hubieran denunciado unas 20 veces por allanamiento de morada por que nos colamos en casi todos los pabellones, he de decir que hubo uno que me encantó, estaba situado justo en frente de una maqueta del Apolo XII, era una estructura metálica, blanca pero oxidada y que si subías a la parte más alta, la luz de las farolas desaparecen y lo único que te puede iluminar el camino son las estrellas y la luz de la luna.

Me estuvo enseñando un montón de constelaciones, pero después volví a notar que me estaba mirando y esta vez fui más rápido y la pille mirándome, no sé como ocurrió pero nos acabamos fundiendo en un beso, la verdad me encantó aquel beso no sé porque, fue como tomar una taza de chocolate caliente, dulce y que siempre te deja con ganas de mas.

Recuerdo que estuvimos hablando durante horas, era como yo pero en chica sexy, me encantaba su sonrisa...

Ella era un tanto extraña, dice que siempre lo tiene todo controlado aunque no paraba de improvisar, le encanta los gatos, el chocolate caliente, la lluvia, la soledad y los paquetes de Malboro.

Aunque esto último no lo compartía, odio los cigarros aunque me gustaba el sabor de sus labios a tabaco y a café, sus labios tendrían guardado la nicotina de los cigarros porque yo no paraba de pensar en ello, me tenia loco.

Se pasaron las horas volando a su lado, y pronto llegaría la hora de despedirme de ella, el ultimo bus con destino a la algaba, mi pueblo, saldría en veinte min y yo me encontraba en la torre Pelli de su mano...

La acompañé a su casa, estaba por Arjona, entre calles y callejuelas se encontraba un bloque pequeño, que era donde vivía, en mi opinión era tela de grande ya que el bloque entero era suyo, insistió en que entrara y que nos quedáramos un rato en el sofá de su salón, acabé accediendo y acabamos abrazados pero tumbados durante tela de tiempo, ella encima mía.

Era tardísimo así que la dejé en su casa y me fui corriendo. Claramente había perdido el bus, así que decidí irme a casa de mi abuelo, era siempre mi técnica cuando pasaban cosas así.

Le pongo mensajes a mi madre que me iba a quedar a dormir con mi abuelo y luego pongo que mi internet va lento y los mensajes van con retardo para que ella crea que la avisé con tiempo que dormiría fuera...

Vaya día que tuve... aquella noche fue una de las más felices de mi vida...

Pronto me tumbé en el sofá de mi abuelo y pensé, ¿la volveré a ver?

My disastrous headDonde viven las historias. Descúbrelo ahora