♠Capítulo 6♠

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________ dejó que Harry se adelantara mientras corrían. No porque estuviera cansada, sino porque quería mirarlo. Desde que se le ocurrió la idea de añadir sexo a su relación, Harry había dejado de ser solo Harry
Esa mañana se había sobresaltado al ir a buscarlo a su casa para iniciar la carrera de los domingos. Llevaban años haciendo lo mismo. Primero corrían por el parque, luego iban a la casa de él a darse una ducha rápida, desayunar y leer con tranquilidad el New York Times. Luego quedaban para comer en el Brodway Diner con todo el grupo. Se permitía la presencia de invitados que hubieran pasado la noche con cualquiera, pero casi siempre eran ellos seis. A menos que Harry estuviera de viaje. O Christian en una obra teatral. Pero casi siempre los domingos eran iguales. El hábito era tan cómodo como una camisa vieja. Al menos así solía ser.

Pero ese dia, cuando Harry le abrió la puerta, el primer pensamiento de ________ había sido sobre sexo. Había sido increíblemente consciente de su torso. Era un gran torso. De hombros anchos y cintura estrecha. Con un toque de vello oscuro que incrementaba su atractivo masculino. Era esbelto, fuerte y musculoso. Luego notó su cara. Una cara que consideraba tan familiar como la suya propia. Pero algo era distinto. Su percepción había cambiado, aunque realmente no entendía por qué. Harry siempre había sido guapo. Aunque eso no era lo importante sobre él. Podría haber sido feo y aún así lo habría querido. 

Sin embargo, ese día su aspecto tuvo un impacto que la sorprendió. Era como si lo viera por primera vez. Su cabello castaño, levemente largo, le iba a la perfección. Siempre había admirado sus ojos. Eran verdes, verdes de verdad. Mucha gente pensaba que llevaba pupilentes de color. Lo que no entendía era por qué no se había fijado antes en sus pestañas. Eran ridículamente largaspara un hombre. Deberían ser suyas, no de él.

Luego, por supuesto, estaba su boca. Su sonrisa siempre le había causado un gran placer, pero nunca había analizado el porqué. Tenía una de las diez mejores bocas que había visto. Unos labios perfectamante moldeados sobre unos dientes blancos. Se trataba de una boca que daban ganas de besar. Todos esos años y no se había dado cuenta hasta entonces. Bueno, salvo por el primer año en la universidad. Entonces había pensado mucho en su aspecto. Pero nunca
daban la impresión de estar disponibles al mismo tiempo, por lo que se había obligado a no pensar en él de esa manera. Cuando ambos quedaron libres, ya se habían hecho amigos. Yen ese momento, cuando pensaba en él de esa manera, la sorprendía que no hubiera ocurrido
años antes.
0k, y esa cicatriz en el ojo, pero, de algún modo, eso incrementaba su encanto. En conjunto, se trataba de un espécimen notable. ¿Quién lo habría pensado?Lo había dado por hecho todo ese tiempo? No le extrañaba que todo tipo de mujeres lo invitaran a salir. Inteligente, atractivo,
amable y divertido, era todo lo que una persona podía desear en un amigo. Ven un amante.
— Eh, ¿qué sucede?
Se sobresaltó al oir las paLabras de Harry. Había quedado tan inmersa en sus pensamientos que él había reducido la marcha hasta andar. La miró con las manos en las caderas y la frente arrugada.
— ¿Te encuentras bien?
— Si— asintió—. Me distraje.
— Bueno, pues vuelve a concentrarte. Me gustaría terminar esta carrera
hoy.
— Pues todavía no te quites la camiseta— emprendió la carrera una vez más y en un segundo llego su lado, recuperando ambos el ritmo familiar.
— ¿En qué pensabas?— preguntó él.
_____ debatió si decirselo, pero decidió que no. ¿Cómo se suponía que iba a reconocer que no lo habia mirado de verdad en años? Se sentiría insultado, y con motivo.
— En nada— repuso. Sólo trabajo.
— Ah. Y yo que creía que pensabas en mi.
— ¿En ti? ¿Por qué iba a pensar en ti?
— Porque soy un hombre complejo en un mundo complejo.
— ¿Dónde has leído eso? ¿En algún libro?
— Si quieres saberlo, en una galletita de la fortuna.
—Ah.
Harry aumentó un poco el paso, de modo que respirar pasó a ser más importante que hablar. no tardó mucho en recuperar su línea de pensamientos. Dormir con Harry. Verlo desnudo. Tocarlo. Besarlo. Jugar. ¿Y si hacia ruidos raros? Su último novio había gritado "Oh, mamá" cada vez que tenía un orgasmo. Al final, había deseado meterle un calcetín en la boca. Claro que también había querido hacerlo cuando no estaban en la cama. Aún se sentía molesta consigo misma por quedarse con Carl durante tanto tiempo. Era un imbécil de primera, aunque no se
había dado cuenta hasta que vivió con él casi un año. Pero le estaba agradecida por una cosa. 

Había sido el catalizador de esa revelación que había cambiado su vida. Tras su desagradable ruptura, al final había comprendido que su destino no era una relación romántica. Sencillamente no se le daban bien. Era competente en todos los demás ámbitos de la vida. 

Tenía éxito en su trabajo en una empresa de bolsa, en especial con los valores tecnológicos, tenía buenos amigos y carecía de vicios terribles. En conjunto, La enorgullecía y satisfacía cómo iban las cosas. Pero, ¿el amor? No.

Había llegado a la conclusión de que el amor romántico era un talento, como pintar o tener una buena voz. Algo genético, como el pelo rubio o los pies grandes. No era su culpa ser una completa inepta ni elegir hombres inadecuados. En cuanto aceptó eso, La vida había encajado en su sitio. El único problema era que echaba de menos el sexo... lo cual la
conducía otra vez a Harry.

Si no era capaz de sentirse segura teniendo sexo con Harry entonces algo iba muy mal en el mundo. Él jamás le haría daño. Siempre seria considerado. Confiaba plenamente en él. Y sabía que era completa e inalterablemente reacio al matrimonio. Se lo había dicho muchas
veces. Tenía una postura inamovible, y jamás mostró vacilación al respecto. Perfecto. Entonces, ¿por qué titubeaba aún?

Llegaron al último giro y disminuyeron la carrera hasta caminar Harry insistía en que estiraran bien, y aunque ella se mostraba impaciente los últimos quince minutos, le hacía caso. Más para complacerlo que porque creyera que era necesario para su cuerpo. Mientras lo observaba sentarse en la hierba e inclinarse sobre la pierna derecha, se preguntó si debería dejar de analizar tanto e ir al grano. El único modo de averiguarsi eso iba a funcionarera hacerlo.
En un momento iban a regresar al apartamento de él. Harry siempre dejaba que se duchara primero. Se sentó a su lado y extendió las piernas. Se adelantó, aferró su pie derecho y, mientras estiraba, tomó una decisión. Cuando llegara el instante de darse la ducha, iba a invitarlo a que se uniera a ella.

¿Amor, amistad o sexo?  (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora