Pasaron los años y la joven Mar fue creciendo hasta convertirse en en una muchacha, sus ojos son celestes y un largo cabello dorado, su padre el faraón del alto y bajo Egipto Ramses
Buscaba un pretendiente para su hija.
La muchacha mientras tanto era una chica libre, una princesa aventureraCaminaba por el jardín del palacio hasta que una luz fuerte como el sol se presenta ante ella, un hermoso muchacho de cabellos dorados como el sol y ojos dorados se acerca a ella y la mira detenidamente
??? : hola hermosa princesa
La joven hace un paso hacia atrás y hace reverencia ella sabia quien era el
Mar: M-mi señor Ra
Ra: Mi princesa no hace falta reverencia *decía con una sonrisa calida*
La muchacha le sonríe de igual manera mientras Ra queda encantado con ella, sonriéndole el joven Dios la toma de la mano y la lleva a su templo.