#1

4 0 0
                                    


"Y NO SE PORQUE ME DULE SI SE SUPONE

QUE YA ME HABIA ACOSTUMBADO"

Nuestra historia comienza en el corazón de una ciudad que el lector por el momento no debe saber, ahí en una de las casas más bonitas del vecindario, cuyos habitantes suelen ser muy amables, es aquella pintada de un azul celeste Y de ventanas y puertas blancas, donde la puerta es de caoba y de un lindo color café. Ahí empieza nuestra historia.

Las arcadas se escuchaban en toda la habitación del baño, no importa que este abierto el grifo y que el agua callera con todas sus fuerzas sobre el lavabo aún se puede escuchar por el pasillo. Los dedos en su garganta ayudo a que surgiera una nueva arcada, solo un pensamiento invadía su mente "eres una gorda". La chica delgada estaba en cuclillas frente al retrete odiando su figura, una nueva arcada volvió a salir de su garganta. El cabello de la chica estaba empezando a caerle su propio vómito, aun sabiendo esto no dejo de vomitar lo único que le importaba eran los kilos que quería expulsar de ella.

El sonido de la puerta abriéndose la sobresalto y en ese momento un par de manos recogieron su cabello lizo, le dio varias palmaditas a su espalda, tratando de darle seguridad y espero que terminara. Pasaron varios minutos cuando la joven se levantó y observo a la dueña de aquellas manos que anteriormente le han ayudado.

- No es necesario.- dijo tratando de secar el residuo de sus labios, viéndose un momento en el espejo, pero rápidamente volvió la vista a la chica

- Lo se, pero quería saber cómo te encontrabas.- le contesto la segunda chica

- Melisa.... Yo.- le quería agradecer, lo sabía, lo tenía en la punta de su lengua, pero en vez de eso contesto secamente.- estoy bien, te puede ir

- Esmeralda, no quise.- las palabras son difíciles de decir, su relación es complicada.

- Si no te vas, yo lo are, hermana.- Esmeralda sale del cuarto de baño.

Melisa da un suspiro largo, ve como se aleja su hermana y sierra la llave y sale también del baño, y baja hacia la cocina, donde se encuentra dos platos con espagueti, pollo y puré de papas. Se veía delicioso y su hermana lo estaba disfrutando, hasta que llego un punto que su estómago no lo podía digerir, lo sabía muy bien, ya han pasado semanas que esto ha ocurrido, la trata de ayudar pero no sabe cómo. Simplemente llega un punto en que la comida deja de entrar en su boca, y sale disparada al baño

Empieza a recoger los platos, ya no le apetece tampoco comer, Melisa lava, recoge la cocina y sube escaleras arriba hacia su cuarto, no sin antes verificar que el baño no esté su hermana de nuevo tratando de seguir donde se quedó, es complicado su relación, pero no es excusa para no ayudar. Cuando ve que el baño esta vacío se dirige a su habitación y tratar de relajarse, abre su laptop, busca su carpeta de canciones y reproduce aleatoriamente la música, antes de que la pista suene se acuesta en su cama, en un segundo después la canción STRANGER – THE RASMUS. Últimamente ese tipo de música le relajan, tal vez porque explica el cómo se siente. No quiere rendirse, quiere ayudar a su hermana. Pero no sabe cómo, se coloca en posición fetal y mientras la canción continúa ella cierra los ojos y pone atención a la letra.

Hace no mucho tiempo las cosas no eran así, recuerda con añoranza aquellos momentos con su familia, cuando sus hermanas menores y ella jugaban felizmente en el parque mientras sus padres las vigilaban desde lejos, ellos tomados de la mano y dándose afectos mutuos, la verdad Melisa siempre se dio cuenta de ese insignificante detalle. Pero ahora sus padres no podían verse en la misma habitación, sus gritos se podían escuchar por toda la casa; "eres un asco de hombre, padre y sobre todo esposo" "mira quien lo dice la mujer que se gasta las quincenas solo en ella, ¿se te ha olvidado cabrona? Tienes hijas" "lo mismo te pregunto yo", eso y más se escuchaba, a la hora de que ellos llegaban de sus trabajos o cuando se encontraban en la misma habitación.

Era curioso como la vida iba cambiando de repente en un parpadeo, los problemas de sus padres iban creciendo y con ello la relación de padres a hijos se iba deteriorando y como efecto domino sus hermanas empezaron a alejarse más y más, Esmeralda dio signos de anorexia- bulimia, Carmen la que le sigue a Esmeralda tenía un novio que no pintaba ser bueno para ella, la única que no cambio fue Melisa, al ser la mayor, se convirtió en ama de casa de la noche a la mañana, sus hermanas en su rollo apenas eran conscientes de eso .

La canción termino y empezó SKILLET –COMATOSE, una canción que por s sola le traía una gran satisfacción mientras más recordaba más añoraba a su familia de vuelta así que decidió ir a con su hermana, probablemente ahora que estaba tranquila quisiera hablar, así pues se levantó de su cama, puso stop a la canción y salió de su cuarto para entrar al de su hermana, un cuarto a la izquierda, estaba cerrado, así que toco.

Una,

Dos,

Tres veces.

- ¿ahora qué quieres?- se escuchó del otro lado del cuarto, sin duda la voz de Esmeralda sobre el sonido de su música

- Ammm, solo quiero hablar contigo.- dijo Melisa. La espera le puso nerviosa

- No quiero hablar contigo.- Esmeralda estaba harta de Melisa, de su deseo de ser la autoridad de la casa, odiaba saber que ella supiera su secreto, sentía que en algún momento se lo contaría a sus padres para hacerle la vida más difícil de lo que ya estaba.- metete en tus asuntos quieres

- Por favor.-Melisa deseaba realmente entrar en razón a su hermana.- solo serán unos minutos, te lo ruego

- LARGATE PERRA LO DIGO EN SERIO.- un golpe en la puerta fue hecho que no deseaba hablar

Así lo hizo, pero a regañadientes, temía que su hermana sufriera más. Pero respetaba su espacio, así que regreso a su cuarto, su laptop aún tenía en stop la canción, le dio play y se volvió a sentar, ahora escuchaba la canción atentamente, tarareaba la letra mientras sus ojos se volvían vidriosos y las gruesas lagrimas caían sin previo aviso, las quería parar, pero no lo logro. Melisa lloro en la obscuridad de su cuarto mientras skillet sonaba motonamente......

NO estoy bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora