El transmilenio estaba vació, muy poca gente estaba de pie y de pronto llego un chico con una guitarra y una camisa amarilla, como bien portado saludo y empezó a tocar la guitarra.
la imagen era perfecta el sol brillandome directamente en la cara, la canción de fondo una versión muchísimo mejor que la original y como no, por coincidencias de la vida era romántica y en la sillas del frente estaba una pareja sentada, la chica apoyando su cabeza en el hombre de él y él apoyando su cabeza encima de la de ella.
Maldita sea en el momento en el que no tienes el celular, porque es de esas imágenes que no olvidas fácilmente y te hacen recordar porque vale la pena vivir.
porque no hay más perfección que el amor, la paz, la música y la calidez en un solo instante que decides congelar en el tiempo, al menos con una fotografía mental.
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Letras del corazón
Non-Fictionpequeñas palabras, frases e historias que salen del corazón