Corro, corro como si no hubiese mañana, digo, ya que si me alcanza no lo tendré. Me llamo Van For Rosenburg, solía ser un caballero de Citadel, antes de que el Impero invadiera nuestras tierras buscando más poder. Yo estaba en el Grupo de la Guardia Real, comandado por Solate D. Frenp, encargados de cuidar a la familia real a toda cosa. No pudimos protegerla, y sin embargo nosotros escapamos, un gran deshonor para nosotros. Con nosotros me refiero a lo poco que quedo. Yo escapé por mi cuenta, Solate logró rescatar al pequeño príncipe de tan solo 10 años, Francis Bulderg de Citadel en el año X-283. En el día de hoy, 5 años después, no sé nada sobre Solate; Francis o nadie más. Vivo por mí, caso para mí y me escondo por mí seguridad. Me topé con un pez gordo, los campesinos lo llaman Fire Storm. Una bestia temible, que escupe fuego y tiene una fuerza descomunal, si solo tuviera un mago y un guerrero mas a mi lado, esa bestia sería mi cena, pero como no es así, debo correr. Cuando estoy llegando a un barranco sin salida y me veo acorralado, empuño mi espada con la que protegí a la familia real por 10 años y mientras pienso que moriré joven me lleno de valor y empiezo a batallar con la bestia sin conseguir resultados. Ya desgastado por el hambre y el cansancio de escapar continuamente por el impero. Me arrodillo para tener una muerte digna.. –"Que será de ese hermoso reino que una vez vi... Que será de aquel niño noble que siempre estaba a disposición del resto... Quiero verlo de nuevo... No quiero que termine aquí"- Pensaba mientras caían mis lagrimas. Y casi como si me hubiesen escuchado... Agua! Era agua! Cubría a la bestia y se debilitaba! No sé quien lo hizo pero es mi momento, tomo mi espada caída y me lanzo a la bestia. Ya no lanzaba llamas, ya no podía, esa bestia ya estaba apagada, sin embargo una fuerza descomunal emana de ella. Sus golpes eran muy fuertes para mí... Y me vi otra vez en el suelo ¿Ni siquiera con ayuda podía con este inmundo bicho? Ya pensando a donde escapar, una figura aparece delante de mí. Era un niño de aproximadamente 15 o 16 años, empuñaba una espada fina y larga; ligera, perfecta como para alguien de su físico. Sin descaro, empieza a batallar con la bestia. Ese niño es prometedor ¿Sera del imperio? En estos reinos los niños de 15 años hacen su ritual de entrenamiento. Esto consiste en matar un Fire Storm, Earth Storm, Water Storm, Golems, Gigantes Salvajes, o Tigres Celestes. Si eran del Impero estaba acabado. Aunque en medio de la pelea noto que tiene un ojo diferente, uno celeste y otro amarillo. –"Es el! Es el Príncipe Francis Bulderg de Citadel!"- Pensé y ahí me di cuenta. El mago que se encontraba ahí, era Solate. No sé porque, mi cuerpo sintió un gran alivio y simplemente me dejé dormir, me dejé descansar aunque lo hacía solamente por mí, seguía siendo egoísta, pensé que al verlos de nuevo sería otra cosa, pero sigue igual eso que tanto me molesta.
Despierto en una cueva, tapado por una manta. El ruido y el calor de una fogata cerca me abrazaba. El olor a la carne del Fire Storm era tanto que hasta me llenaba de solo olerlo. Me levanto del piso y los veo sentados a los dos juntos. Normalmente pensaría que sería un ambiente serio, ya que matar a eso no es nada fácil; pero no, simplemente reían a carcajadas, disfrutaban del momento, de la comida, de la compañía, del olor, del calor, eran demasiado unidos.
Cuando me acerco y me hago notar, Solate se levanta: estaba más viejo de lo que uno esperaría, barba blanca no muy larga con el pelo corto como siempre, arrugas en la cara, el mismo bastón de madera que siempre usaba con un objeto como de cristal que era envuelto en la madera, su túnica ligera pero con un encantamiento de protección. Simplemente un ejemplo de mago. Y a su lado... El príncipe Francis Bulderg de Citadel, ahora más grande, pelo largo y atado con una cola de caballo atrás, su espada descuidada en el suelo y sin enfundar y vestido con harapos, pero algo raro había en ellos, estaba en cantada. Y no creo que Solate haya echo eso, era un encantamiento de nivel bajo.
-¡Van! –Me saluda con sus ojos en lágrimas- Cuanto tiempo viejo amigo, pensé que no te volvería a ver.
-Y que justo has llegado. –Le respondo con una sonrisa-
- Van- Me saluda con un tono suave dándome la mano con una gran sonrisa- Que gusto volver a verte.
- ¡Señor!-Me arrodillo ante él, era un honor volver a hacer eso ante el verdadero príncipe de estas tierras-
- Ya no mi amigo, el no es más príncipe. Pero lo será en algún momento.
- ¿A qué te refieres? –Le pregunto mientras me levanto y me siento en una piedra para comer-
- Mi gente me necesita. El pueblo de Citadel ahora vive bajo las sombra del Imperio, literalmente en las alcantarillas. Pasan hambre, frío, no tienen ropa digna, sufren abusos de las autoridades. Y yo, como Principe III Francis Bulderg de Citadel, en honor al apellido que me dio mi padre y al nombre que me dio mi madre , debo honrrar la confianza que tiene todo mi pueblo sobre mí, vamos a recuperar nuestras tierras, vamos a reconstruir Citadel.
Cuando dijo esas palabras, mi piel se erizó ¿Citadel? ¿De nuevo? ¿Podré recorrer las calles hermosas de mi ciudad sin estar encapuchado? ¿Podre servir a la familia real, otra generación más? No lo sé, pero quiero, quiero a Citadel; la quiero de nuevo quiero mis calles hermosas, quiero servir a la familia real, quiero todo eso. Me levanto, pongo mi mano derecha sobre mi corazón y la mano izquierda atrás, sobre mi cintura, con la mirada en alto, firme y las lagrimas en mi cara. Y grito –"Déjeme servir una generación más a este apellido. Déjeme servir a mi nación. Déjeme servirle a Citadel! Señor!"-
Francis se levanta y yo me arrodillo. Toma su espada y me nombra Capitán de la Guardia Real de la familia Bulderg. Levanto mi cabeza y lo miro a Solate, a lo que me dice riéndose- "Yo soy el consejero del Rey"-. Ese día comimos y bebimos hasta el cansancio, ya que esa cena había sido el ritual del Príncipe. Era pura celebración. Y pensaba ¿Una tiranía? ¿Cómo lo haríamos? Desconozco. Solo sé que voy a proteger a Francis con mi vida.
A la mañana siguiente veo a Francis aprendiendo magia con Solate. Me dirijo hacia el -¿Un mago que usa espada? Eso no se ve todos los días.-
-Bueno, es que este mago es un poco peculiar. Veras, nuestro pequeño heredero al trono es tan hábil con su cuerpo como con la magia. Aunque claro está que no puedo enseñarle con la espada... Así qué...
Fracis se dirije hacia mi desenfundo su espada
-¿Me podrías enseñar a empuñar la espada, tan bien como lo haces tú? ¿Van?
- Ja!- Respondo con ligero sarcasmo- La única vez que me viste empuñar una espada fue contra esa bedtia, y me humilló.
- Hacia dos días que no comias, deshidratado y tenías un brazo fracturado, que ya curé; –dibujando una media sonrisa en la cara- Confío en que tu habilidad.
En cuanto terminó de decir esas palabras ya tenía una espada apoyada en su cuello.
- Primero: Alardear frente una espada puede hacer que te maten. Seas lo bueno que seas. ¿Entendiste?
-Si... Entiendo. -Afirma entre balbuceos-
El pobre de Francis estaba aterrado, hasta estaba sudando.
Días tras días era entrenar, cazar, comer y dormir. Cuando pasó un mes, el niño era diestro con la espada. Además controlaba bien la magia. Eso núnca lo había visto antes.
-Solate,como definimos a Francis? Digo, hábil con la espada, hábil con la magia. ¿Tienes idea de qué es?
-Hace mucho tiempo existían los magos rojos, eran pocos pero eran expertos en la magia y el combate, aunque con el tiempo dejaron de aparece, él es un vivo recuerdo de aquellos magos.
- ¿Acaso conociste alguno?
- Para nada, todos sus relatos y secretos estaban en uno solo libro, que alguien por algún motivo lo quemo.
-¿Hasta donde llegará?
- Desconozco Van, pero nos va a superar fácilmente.
Al mes y medio de entrenar fuimos a cazar. Pusimos a prueba el nuevo conocimiento de Francis. Cuando se acercaba la hora de la batalla estaba emocionado, quería ver a ese fantástico mago rojo en acción. Quería verlo aplicando todo lo que le enseñe en este tiempo y sentirme orgulloso.
La pelea empieza. Eran unos simples goblins, que son muy avariciosos y astutos, ya que siempre se amigan de los golemnita para protegerse de otros depredadores, y un golemnita (Pequeños golems de una fuerza mucho menor a los de un golem normal, les atraen los peces y siempre están cerca de ríos). Francis era un desastre. Era muy tosco para los golpes, no sabía bloquear de forma eficiente, no acertaba ningún hechizo y siempre eran demasiado descontrolados, se distraía fácil y no se fijaba en su ambiente. Normalmente a su edad los chicos entrenaban y podían hasta con 10 goblins solos... pero él no podía con 3 goblins!
-"Van!"- Escucho y veo a Francis a punto de ser aplastado por el golemnita. Automáticamente saco mi espada y en ese instante el golemnita fue partido a la mitad. Solate congeló a dos goblins y le dejo el último a Francis; al cual derroto rápidamente.
-¿Que fue eso Francis? - Le pregunto desconcertado- No te parecías en nada al mismo chico de estos últimos días. Podrías haber muerto!
- Van. Suficiente, ¿No?-Me dice Solate automáticamente-
No había notado, la pobre expresión de la cara de Francis. Estaba aterrado, era su primer enfrentamiento solo. Ahí me di cuenta de que cuando nosotros dos lo ayudamos, el volvió al de antes. ¿Era miedo de sentirse solo otra vez? ¿Miedo a fallar? No lo sé, pero esa mirada era... triste.
- Perdón. Fallé esta vez, pero la próxima no los voy a defraudar.
- ¿Aunque estés temblando de miedo? -Pregunta Solate-
- Aunque mi vida dependa de eso. –Responde con total seguridad y firmeza-
- La próxima, tú me salvaras a mí. - Afirmo-
Luego de eso Solate le enseño a extraer poder mágico de cuerpos inorgánicos movidos a través de la magia, muy útil cuando tu maná se acaba. Yo le enseño una técnica que un cazador muy viejo me enseño cuando era joven. Primero debes tomar algo de ofrenda, una oreja si deseas mejor audición, un ojo si deseas mejor visión, una nariz si deseas mejor olfato, o 2 patas si deseas ser más ágil. Yo soy un guerrero, por lo tanto no me sirve a mí tanto en combate, sin embargo en las circunstancias que estamos es lo más viable si quieres comer algo.
- ¿Pero acaso esto es magia? - Pregunta Francis-
- No, son "técnicas". Por lo contrario a la magia que gasta el conocido maná, las técnicas solamente te dejan exhausto, para hacer buen uso debes tener una buena condición física. -Le respondo de forma tranuila
- ¿Entonces puedo lanzar bolas de fuego con técnicas, sin gastar maná?
- Jajaja! –Largo una carcajada exagerada el viejo terco-
- No, las técnicas solamente aumentan tus capacidades físicas. Aunque solamente se lo básico que es lo que te enseñé. -Le respondo ignorando a Solate-
Francis se veía feliz. Sacrifico uno de cada, ya que decía que actualmente no era que tenía un atributo menor a otro, sin embargo el aumento de sus habilidades físicas no eran instantáneas, debía sacrificar mucho mas para conseguir resultados.
Esa misma tarde, decidimos ir a un bar con el dinero que le sacamos a los goblins. Fuimos a una taberna rara llamada "Xin Yao", nombre del dueño. Una cultura de la que se sabe poco, y el viejo testarudo dueño del bar nunca hablaba.
-Que nombre mas raro...- Afirna Francis-
- Presta atención Francis, muy al Este de aquí, existen unas famosas islas, son las Islas Flotantes llamadas Hiao Swang. Una cultura diferente existe ahí, es simplemente otra cosa, otro mundo. Se dice que de ahí vienen los Dragones, y que ahí dominan a los campesinos de la zona, y los que no son de utilidad los mandan para aquí abajo, como si fuera una especie de deshonor.
-Pfff –Expreso mi desacuerdo con ese sonido, mientras me como la comida de Solate- Jon puras patrañas, glos dlagones no existen.
- ¿Podrías masticar con la boca cerrada, tragar y recién ahí, hablar? ¿Por favor? –Me dice furioso Solate, eso en el era muy común, el debía ser completamente ordenado y respetuoso aún en un bar-.
Mientras sucedía esto Francis se reía. Como si no hubiese escuchado algo de lo que dijo Solate y solamente le prestó atención a mi carne de Jabalí Gigante que salía de mi boca. La noche siguió, mientras hacíamos tiempo para estar en el bar nos dimos cuenta de que no teníamos dinero y necesitábamos ganarlo rápido. Cuando se me ocurre una idea brillante. Por lo general los campesinos de las ciudades tienen problemas con plagas de mounstros, goblins, y otras razas de criaturas; en algunos casos son criaturas únicas en todo el mundo. Esta gente va a los bares donde se reúnen cazadores y otro tipo de gente, y publican en un cartel su petición a cambio de una recompensa. Decidimos mirar pero solo había una, y para nuestra desgracia necesitábamos una escama de dragón.
》Misión: Mi hija está muy enferma, y en 5 meses morirá si sigue así. Solo necesito 1 escama de dragón para crear el medicamento. Me llamo Tobio, soy del pequeño pueblo vecino, ahí podrán encontrarme. 《
- Pff que hombre más tonto. Los dragones no existen! -Afirmo furioso de que me ignoraran-
- No hay peor ciego, que el que no quiere ver. -Me dice Solate-
- No importa, la obtendremos. –Dice muy inosentemente Francis mientras toma el cartel de la misión para que nadie más la reclame.
- Por favor, no existen, no busquemos algo que no existe y vayamos a otro bar para buscar otra misión. No sean necios.
- Pero Van ¿Cómo entraremos a otro bar, si para usar el cartel debemos consumir algo? Claramente no tenemos dinero. -Cansado de que no me escuchen dejo que el niño se salga con la suya.
Era frustrante que no te escuchen, es solo un niño de 15 años, no sabe nada del mundo y de las cosas que uno ve y oye, no entiende lo falso que puede ser el mundo entero. Mientras que Francis le preguntaba unas cosas a Solate sobre los inexistentes dragones, yo disfrutaba de lo último de mi cerveza. Cuando un ser despiadado, horrendo, tenebroso, oscuro, malvado, aterrador, e insoportable toca mi espalda. Si... Era una niña. La miro de mala manera, y le pregunto
- ¿Qué quieres? ¿Quieres problemas?
- Disculpen, pero la misión del dragón, La quería hacer yo si es posible. –La niña ni se inmuto, todo lo contrario... Me ignoro. -
- Oh... ¿Una temeraria eh? Bueno... Si la quieres... -Solate fue interrumpido de inmediato por francis-
- No, disculpa. No es negociable el que te dejemos reclamar la recompensa a vos sola. –Francis parecía decidido a quedarse con su misión, aunque dudaba al hablar. Lastimosamente cayó en un echiso que ni Solate podría revertir... Cayó en los encantos de una mujer-
- Mi nombre es María, soy una cazadora experta en el arte del asesinato, y de ser posible me gustaría esa misión.
-Ya te dijo que no. Mejor ve a lavar platos.-Ni siquiera terminé de decir eso y tenía a una niña apuntándome con una flecha en la nuca-.
- Mejor que me pidas perdón... claro si no quieres terminar tu aventura en un sucio bar.
- Si les molesta mi bar, la puerta pueden usar. -Habla el dueño del bar con un tono raro-
Todo el mundo se rio... qué vergüenza una niña me hizo quedar como idiota. Me vi obligado a disculparme, la niña iba en serio, hasta me dejo un corte superficial en la nuca con la punta de la flecha.
Durante la negociación sobre si se iba a unir a nuestro grupo o no, Francis no dejaba de verla con cara de bobo, aun cuando la chica no le prestaba atención. En la charla por algún motivo salió como tema de conversación el Imperio, y ella expresó su total y completo odio hacia él ya que fue el responsable de la muerte de sus padres. Solate me miraba, yo sabía muy bien el porqué. No confiaba en la niña, tenía una actitud de asesina que no podía ocultar. Y ella también era desconfiada de nosotros.
-Muy bien, vas a venir con nosotros. –Afirmo Francis como si fuese alguna clase de líder-.
- No creo que debamos apresurarnos Francis... - Solate habla mientras me mira para que lo apoye-
- Coincido con Solate. –Afirmo mientras lo miro preocupado-
-Será una gran aliada, van a ver.
Decidimos volver a nuestra casa, bueno si se le puede decir casa. Ella no tuvo problemas para quedarse con nosotros, aunque dormía con los ojos abiertos, algo muy raro y asustaba mucho.
Francis preguntó como hacía eso, y le explique que se puede hacer gracias las técnicas. Durante días buscamos pistas sobre avistamientos de los tan tenebrosos y gigantes dragones que nadie ve, y como era de esperarse no había ni una sola pista. Al mismo tiempo aprovechábamos para entrenar mientras María cazaba la comida. En pocos días Francis convenció a María de que le enseñara con profundidad las técnicas y el arte del cazador a lo que María acepto, a cambio de unas cuantas monedas de oro claro. Con Solate nos preocupaba el estado físico de Francis, ya que entrenaba mucho, también nos preocupaba que no pudiera ser cazador y terminara frustrado. Aunque para nuestra sorpresa en 2 semanas dominaba muy bien ese arte, y también mejoro notablemente con la espada y la magia, ese niño es sorpréndete.
Al mes de unirnos en grupo con María, volvimos de la taberna de una ciudad vecina y no nos explicábamos por qué había pasado tal cosa. Era algo demasiado inesperado, a lo cual todos nos quedamos boca abierta y con miedo. No sabíamos si correr, escondernos o pelear. Estábamos atónitos, menos Francis, el estaba emocionado por tener un autentico dragon durmiendo en nuestra pequeña humeda y sucia cueva.DU�7Ọ
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Citadel
FantasyUna historia de fantasía contada en otro mundo, donde se mostrará como, un pequeño grupo que busca reacer su reino pasa momentos dificiles y reune fieles conpañeros y aliados en su lucha contra el Imperio. Es mi primer historia! :D Leo críticas cons...