EN UNA LUNA OSCURA (final)

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-¡NO DES UN PASO MAS!- el grito resonó por todo el pasillo mientras la princesa de la noche caminaba hasta quedar frente a su  trono

Todo habia cambiado.

Ya no sentia dentro de si nada que no fuera el odio y el dolor acumulados en su corazón. Tampoco comprendia correctamemte lo que hacia, era como si fuese poseida por otro ser, algo superior a ella...

-¿realmente creiste que me quedaria conforme mientras todos los ponys te amaban bajo tu preciosa luz?- sentenció Luna con un tono alto al aire, como si dentro de si sintiese que su hermana la escuchaba, aunque bien sabia que aquella no se encontraba alli.

Habia sido poseida por un nuevo ser, un ser oscuro que nacia de lo mas profundo de ella y se apoderaba de su mente.

-solo puede haber una princesa en Equestria...- dijo la princesa mientras caminaba al centro del palco en medio de ambos tronos, estaba dispuesta a separarlos de una vez por todas, cortar el lazo que los unia, para Luna, aquel lazo solo habia logrado provocarle y hacerle sentir el dolor de la soledad- ¡Y ESA PRINCESA DEBO SER YO!- gritó mientras que, transmitiendo toda su fuerza, poder e ira a sus cascos, los levantaba y volvia a bajar de tal forma que cuando estos volvieron a tocar el suelo el impacto fue tal que el pequeño balcón que adornaba el centro se rompió, el piso se quebró y una rajadura separó el centro de la pared del frente del salón, una rajadura que recorrió la pared hasta llegar a el vitral frontal y lo rompió en mil pedazos. Ahi estaba el fin de la unión de la hermandad, el desenlace que consumiria todo, el castillo de las hermanas nobles nunca se repondria y pasarian mas de mil lunas antes de que las hermanas reencontraran en sus miradas algún afecto y bondad por la otra.

El sonido de las paredes quebrandose y el grito de su hermana fue captado por Celestia desde su habitación quien rapidamente corrió hasta el gran salón y lo que encontro allí realmente la dejó estupefacta, aterrada y hasta dolida.

Su pequeña hermana, la princesa Luna, era envuelta en un aura oscura y anaranjada. Esa no era el aura de su hermana, de eso estaba segura, o, al menos, estaba consiente de que no era el aura de la Luna que conocia. Esta aura encerraba a la princesa de la noche en una esfera que parecia estar ardiendo en llamas, poco a poco el color fue mutando hasta que de el centro de la esfera un mezcla de azules claros y fuertes se fue expandiendo y destruyó a la misma. De ella surgió su pequeña hermana Luna... aunque Celestia no logró reconocerla.

De una manera extraña, la estatura de Luna se habia incrementado hasta igualarse con la de su hermana mayor, su pelaje azul oscuro como la noche ahora era negro y recubierto por una armadura celeste. Su melena del cielo nocturno ahora era una niebla nocturna, sus dientes eran colmillos. Y sus ojos... ¡sus ojos eran lo peor! Tenia las pupilas alargadas y reflejaban toda la maldad que ahora por su sangre corria... esa... esa que Celestia tenia en frente no era su hermana. No queria creerlo, no iba a creerlo...

Esta "nueva" Luna, reia sobre los trozos de lo que habia sido un lindo balcón mientras dejaba ver detras de ella como eclipsaba la luz solar cubriendo el sol con la brillante luna llena. Ya habia amanecido, por lo tanto, Luna habia forzado un anochecer.

No conforme con haber destruido y quebrado gran parte del frente del salón, Luna hizo emanar de su cuerno una magia más fuerte y poderosa de lo común, disparó una carga de poder a una estatuilla de su hermana que adornaba el salón y de ahi continuó disparando de forma al azar solo para destruir lo mas posible las paredes del castillo y descargar su mayor molestia en el tejado del salón que ahora presentaba varios huecos en él.

Celestia ya no soportaba ser únicamente una espectadora de tan terrible escenario y fue volando hasta el centro del salón, apenas Luna la vió, disparó contra ella una carga de enegía la cual fue ágilmente esquivada por la mayor.

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