Cuentos Cortos Para Niños Locos.

Mensajes.

Había sido un largo día. Realmente estaba agotado.

Llegar a casa era la mejor parte del día.

Era tarde, y, a lo lejos, podía ver como todas las casas se veían ilumanadas, excepto por una. La mía.

Vivo solo.

Sólo yo, y mis cosas.

Entré y encendí las luces de afuera, y las de adentro. Tiré mis cosas en el sofá, y encendí la televisión. Realmente, el noticiero me aburre, así que sólo puse fox, y caminé hacia la cocina. Me preparé algo para comer. Moría de hambre. Volví al sofá, corrí mis cosas, para poder acostarme, y comí lo que había preparado, mientras miraba Los Simpsons. 

Una vez que terminara el capítulo, decidí ir a la cama, y bañarme al día siguiente. Me quité la ropa, mientras caminaba en dirección a la cama. Me acosté, e inmediatamente me quedé dormido.

Recuerdo haber escuchado mi celular sonar en medio de la noche, pero realmente no le di importancia, y seguí durmiendo.

Al día siguiente, antes de ir a ducharme, revisé mi celular.

Tenía dos mensajes. Uno a las 3:02 a.m, de un número desconocido, y otro a las 3:30 a.m, del mismo número.

Abrí el primer mensaje. Era una foto. Una foto mía. Durmiendo. En la foto se podía ver la fecha y la hora en que la imagen fue tomada. 13 de octubre de 2017, 3:02 a.m.

Me sentía asustado, sorprendido. No sabía que pensar al respecto.

Abrí el segundo mensaje. Era otra imagen mía durmiendo. El mismo día, pero media hora después. Estaba desconcertado. No entendía que pasaba. Todavía no entiendo lo que pasa.

Vivo solo desde hace 3 años. Mis amigos no vienen seguido, mis padres están en otra ciudad. No tengo pareja. Nadie tiene llaves de mi casa. No entiendo cómo fue que alguien pudo entrar sin hacer ruido, o romper algún vidrio.

No sé por qué escribo esto. Realmente siento estar perdiendo la cabeza. Tal vez eso quieren. Sólo espero que cuando termine de escribir esto, y lo lea, no parezca tan loco cómo lo imagino o parece a simple vista. Estoy aterrado. Desde ese día recibo mensajes de un número desconocido, y son fotos mías en mi casa, en el trabajo, en el mercado, en mi auto. Y todas parecen tomadas desde la cercanía. Como si estuviera a sólo diez centímetros de mí. Es lo único que esa persona envía. Imágenes mías. Lo cual se me hace demasiado raro, pero aterrador, y sin embargo siento que sería inútil ir a la policía, ya que no sabría como explicar lo qué está pasando acá, y por eso lo escribo. Tal vez alguien encuentre esto en algún momento, y entienda lo que estoy pasando.

Dirán que es exagerado, pero realmente no puedo dormir. No me siento tranquilo en mi propia casa. Ni en un espacio público. Así que decidí terminarlo. No sé si existe el cielo, o el infierno. Lo único que sé es que ya no quiero recibir más mensajes.

Acaba de llegar uno. Soy yo. Sentado en una silla, en la cocina, escribiendo ésta carta, en medio de la noche. Parece que fue tomada desde el ángulo de la esquina derecha de la cocina. Es raro. Ahí se encuentra el refrigerador.

El miedo sigue creciendo.

Buenas noches, desconocido.