Es extraño.
La paciencia y la fe
Se me agotan
A la velocidad con que se enfría
El café en este marzo triste.
El sosiego es inalcanzable.
No hay nada ni nadie
Que provea de esperanza
A esta pobre alma,
A este cielo atormentado.
No hay aves que vuelen
Bajo esta lluvia,
Y con estos rayos.
La luz parece lejana
Aunque el sol brille siempre,
Aunque yo este despejada,
O llena de nubarrones.
(Resulta curioso que siempre
Me siente a pensar en mí,
En la metafísica de mi ser,
En ésta cafetería.
Que siempre me siente
Junto a la ventana
Y escuche a la dependienta
Hablar con todos.
Que siempre me sobren
Los mismos trescientos,
E inservibles, pesos.
Ahora, probablemente,
El café se enfríe hasta las diez,
Y los vagabundos me pidan
Lo que llevo en el bolsillo.
Y con claridad andaré
Por la penumbra del mundo
En busca de una sonrisa
En una clase de historia o filosofía.
Pero ¿cuándo llegará
El sosiego a mi vida?
Probablemente Pessoa tuviera razón:
No existe más metafísica en el mundo
Que comer chocolatinas.)
La calma en la única forma
En que es capaz de llegar: llovizna,
Solo se instala en este cielo
Con poemas y cartas
De poetas y escritores locos.
Pero ¿Cuán locos se hallaban
Si es que el mundo ha sido siempre
Un manicomio sin escapatoria?
Sentada en esta fría silla,
Junto a una ventana
(Ni siquiera una buhardilla)
Que solo permite ver gente
Viviendo su vida
Me pregunto qué es vivir,
Y por qué es tan necesario
Escapársele a la muerte
A través de otros.
¿No puede nuestro egoísmo
Morir junto con nosotros?
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Esperanza y desasosiego
RandomPoema dedicado a Incendii Auctor. CONTENIDO COMPLETAMENTE ORIGINAL, PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN O COPIA TOTAL O PARCIAL. Lecturas recomendadas: - http://incendiiauctor.blogspot.com.co/ - Tabaquería, Fernando Pessoa.