3.Day

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Traté de despertar al joven como pude, cuando finalmente abrió los ojos, trate de levantarle, el tontamente se sostuvo de la manga de mi brazo, sus delgadas piernas fallaron y casi cae de no haberlo sujetado, pude oír como un gemido de dolor salió de su boca.

-Debe haber otra forma-.Me preocupaba su pierna, tenía una gran mancha morada en su parte inferior, tampoco sabía si había hecho lo correcto en quemar la herida. He de admitir que me ponia nervioso que solo llevará una camisa.

-Estoy bien solo... -inhaló profundamente- Vete tú y la niña. Yo al parecer tendré que quedarme otro rato en esta mierda -Lo dijo de forma cínica y bruta-Se produjo un silencio incómodo.

El joven  prosiguió- Yo...tengo una hija, se llamaba Anna, era una Omega hermosa, sus ojos y su gentileza era mi única razón para levantarme y ser feliz, ella... era mi Razón de vivir, pero desde que el imbécil de Jill se llevó a mi preciada niña me... Me quiero morir, me arruinó mi vida, mi razón de vida, mi amor...-se inicio nuevamente un silencio Incómodo.
bajéla mirada y puse mis piernas en mi pecho.

Sé que se siente. Es frío, duro, amargi, te come hasta lo mas mínimo, te encierra. Y tú... Solo quieres morir.

-¡¿Por qué mierda sigues acá?!-gruñó Furioso. -Sólo vete y déjame podrirme solo!...
Parecía que se rompería a llorar en cualquier momento.

Cuidadosamente intentando no presionar sus heridas lo abracé y el también me abrazó, sentí como sollozaba en mi hombro, su llanto era doloroso, lo sentía, sabia lo que le pasaba, la soledad, no es buena...-No pienso dejarte con ese tipo, si me voy, será contigo.-Le miré fijamente a sus ojos llorosos oscuros.

El silencio apareció nuevamente pero esta vez fue reconfortante, ya no me sentía tan solo.

Tenía su cabeza en mi hombro. Estabamos muy juntos, se sentía... bien, me sentía bien.

La tranquilidad se rompió cuando en la puerta se escuchó un gemido femenino, debía ser Alis.

-¡Alis!-Me separe y levante rápidamente, tomé el fierro y me puse al lado de la puerta, esperando que apareciera Jill con Alis.

Pero en vez de aparecer Jill, se asomó un hombre de aspecto macizo.

-Quién eres?-Se quedó en silencio, con mirada fija en las cadenas que pude sacar a fierrazos.

-¡Dylan cuidado, Ese es el compañero de Jill!-Lo dijo tratándose de poner de pie.

Mire al chico y retenía a Alis con un cuchillo en su cuello, Alis parecía estar al borde del llanto, temblaba pero trataba de Disimularlo.

-Vuelve a encadenarte o no volverás a ver a esta pequeña perra.

-Te crees muy listo, no? No sabes de lo que soy capás... Si quieres sentir mi puño en tu cara suelta a Alis. <<Puedo hacer tiempo suficiente para pensar en algo>> Contaré hasta cinco!
Y comencé a contar.- Uno, Dos, Tres... (...) C-cuatro...
<<No se me ocurre nada, ¡mierda!>> (...) C-cinco.

El tipo no se inmutó, solo gruñó de forma grotesca...

-Bastardo, dónde está tu noviecito?-Le pregunté de forma calmada pero en guardia-.

-Es ella tu hija?-Dijo sin responder mi pregunta.

-A ti qué tarado. Dónde está Jill carajo!

-Está... Ay!- fue interrumpido por alis, le había mordido el brazo, tal fue el dolor que suelta a la niña, yo inmediatamente le golpeo un fierrazo en la cara. -Vamos!

-Ven alis, ayúdame a cargar al joven.

-aweonao culiao, andate, no me vengas con tus cosas, huye mientras puedas-.Me Interrumpió.

No me importó, me tomé del brazo y con la ayuda de alis lo levanté, se apoyó y caminamos.
<<Podría despertar en cualquier momento, tenemos que apresurarnos, pero con su pierna en ese estado no se podrá>>

- Íbamos ya por casi terminando la colina, pero escuchamos unos gruñidos, el corpulento compañero de Jill venia corriendo a pisoteadas. Nos estaba alcanzando.-Alis corre! Y obedece!.
Fue corriendo al ceno de la colina, Cuando el chico se tira hacia mi, caigo al igual​ que el pobre chico.

-Hubiera sido mejor que te hubieras puesto las cadenas-. Puso sus grandes manos al rededor de mi cuello y me empezó a estrangular. Sentí desesperación, la falta de oxigeno, me sentía caliente y veía borroso.
Con débiles y sin sentido golpes trata de quitarmelo encima, el chico al igual trataba de ayudar. Empieza a ser una lucha perdida. Tanto esfuerzo, tanto sacrificio para al final morir aquí, lágrimas brotan de mis ojos. Lo lamento Layla, al final, jamás pude ser como tú.

Escapemos Juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora