Capitulo 3: La visita

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Mientras me jalaba fuera de la estación de policía, mi hermano no se atrevió a dirigirme la palabra. Al parecer, mi último comentario lo había incomodado bastante. Después de agradecerle a los policías por haber cuidado de mí, me soltó toscamente y me miró algo enfurecido. 

-Jamás vuelvas a decir algo así- 

-Solo trataba de que me ayudes, creí que defenderías a tu hermana, pero veo que le tienes más aprecio a ese idiota-

-No le digas así, él no es ningún idiota-

-Vaya, al parecer lo conoces bien- señalo, arqueando una ceja

-No tan bien como crees, pero lo suficiente como para decirte que no te metas con él-

-Tranquilo, está fue y será la última y única vez que lo vea-

-Eso espero, y tampoco vuelvas a meterte en problemas-

Esa fue su última palabra antes de ordenarme que subiera al auto. Mientras me abrochaba el cinturón pude percatarme de que el tal Gianluca salía agarrado de ambos brazos por dos policías, y era conducido hacia el auto que estaba estacionado al frente del mío. La curiosidad me mataba, no sabía por qué, pero no pude resistirme a bajar la luna y escuchar lo que decían. 

Al parecer Jared también quería saber que ocurría ya que todavía no se había dispuesto a arrancar.

-Te lo hemos advertido varias veces, y aún así siempre terminas aquí por revoltoso- le dijo un policía, mirándolo fijamente a los ojos 

-Un rebelde siempre será un rebelde-

-Deja de decir estupideces, Gian- exclamo un chico mientras salía del auto. Me quede asombrada al verlo, el muchacho era muy guapo y era increíblemente parecido a Gianluca por lo que supuse era su familiar, pero a comparación de su pariente, se notaba que era un chico tranquilo y de su casa

-Deja de decir que eres un rebelde porque me enfermas- exclamó el bello ángel mirando furiosamente a Gianluca. 

-Angelo, hermanito,  no quisiera interrumpir, pero creo que esta charla ya no es privada- dijo Gianluca mientras miraba en mi dirección, me había descubierto. 

El guapo Angelo giró en dirección a nuestro auto y se quedo parado buen rato hasta que decidió regresar  a su vehículo y conducir, dejando a su hermano, Gianluca, varado en el estacionamiento de la comisaría. Jared intuyó también que ya era hora de irnos y empezó a encender el motor. Mientras el carro se ponía en marcha pude ver por última vez a Gianluca, parado en la pista y haciéndome una reverencia antes de ponerse de pie y dedicarme una sonrisa.

Mi corazón de pronto dio un vuelco. 

Ese chico si que tiene una sonrisa maravillosa

Pero que estoy diciendo, ¿Porque diablos me había sonreído?

Esa pregunta me estuvo rondando por la cabeza todo el camino a casa, incluso no me estaba dejando dormir. Era imposible, ¿Cómo es que no me podía sacar esa sonrisa de la cabeza? Ya es suficiente, ese chico no se merece que lo esté pensando tanto. 

Cerré los ojos, y di un par de vueltas en mi cama para conciliar el sueño...

Fue muy poco lo que logré dormir, o al menos eso pareció. No sabría explicarlo con claridad ya que apenas cerré los ojos, escuché unos ruidos extraños golpeando contra mi ventana. Quizás era la rama de un árbol la cual era empujada por el viento, quizás simplemente estaba enloqueciendo ante la oscuridad de la noche. Como sea, el ruido comenzó a hacerse más fuerte, por lo que tuve que pararme y observar que es lo que estaba pasando.

Alguien estaba tirando piedritas a mi ventana.

-Mocosos del mal- susurré aún con sueño mientras abría la ventana para gritarle a esos mocosos. 

Grande fue mi sorpresa al ver que no eran niños los que me molestaban sino el tal Gianluca que estaba sentado sobre el pasto de mi jardín. 

-No puede ser, esto es una pesadilla-

-Escuche eso- gritó Gianluca mientras se trepaba del árbol más próximo y entraba a mi habitación – y no creo que sea tan feo como para que tengas pesadillas conmigo –continuó 

-Ni te imaginas el terror que me causa verte- respondí, haciendo una mueca de horror- De todas formas ¿Qué estás haciendo aquí?  

-Vine a verte-

-¿Así? No me digas, no bromees que estoy de mal humor- 

-Por lo que veo siempre estás de mal humor, como sea, he venido a darte las gracias-

-¿Dar las gracias?-

¿Qué rayos? Este chico me está volviendo loca

-Si bueno, verás, yo odio que mi hermano menor me reprenda como si fuera la gran cosa, pero hoy y gracias a que tú eres una gran chismosa, él pudo dejar su discursito de lado. 

-Hey, alto ahí, yo no soy chismosa-

Gianluca estalló en carcajadas. 

-No me hagas reír, o te hago recordar lo que pasó mientras hablaba con tu hermano-

-Ok, ya entendí, creo que si soy algo chismosita pero igual ese no es tu problema-

Gianluca solo sonrió, y mi corazón dio un brinco otra vez, no lo entiendo ¿Por qué diablos tenía que sonreír a cada rato?  

Que alguien me ayude a terminar con este sufrimiento

Un silencio incomodo se apoderó la habitación, silencio que Gianluca se atrevió a interrumpir.

-Jamás me dijiste como te llamabas-

-¿Para qué quieres saber mi nombre?-

-Porque tú sabes el mío y me parece justo saber el tuyo también- 

-En ese caso, mi nombre es....

Empecé a buscar dentro de mi cuarto algún objeto cuyo nombre me sirva como coartada; no quería darle mi nombre a este sujeto si lo único que iba a hacer era atormentarme. Vi a mi conejo, la Señora Hobbs, durmiendo tiernamente en su jaula y conteste sin pensar

-Mi nombre es Hobbs- 

¡Ups!

Gianluca rió con fuerza, y tanto fue el ruido que hizo que tuve que taparle la boca esperando que mis padres no lo escuchen

-¿Qué crees que haces? Mis padres podrían levantarse, y si te ven aquí no me quiero ni imaginar lo que pasará-

Mis manos seguían tapando sus labios por si las dudas; estaba enojadísima así que lo mire lo miré fijamente para hacérselo saber. Todo sentimiento de ira, rencor y odio desapareció cuando él me miro directamente a los ojos. 

Me perdí en su mirada, sus ojos claros eran profundamente hermosos. 

 ¿Pero qué cosas estoy diciendo? 

Saque mis manos de su rostro antes de cometer alguna estupidez.

-Bueno, creo que mejor me voy, te dejaré descansar-contesto algo nervioso- Adiós Hobbs

-Soy Thelma- exclamé sin darme cuenta-Mi nombre es Thelma

-Está bien, Thelma,  tengo que irme ya. Sueña con los angelitos si es que existen esos condenados-

Al decir eso, sonrió por última vez antes de desaparecer bajo el arco de mi ventana.  

Regrese a la cama y me acomodé bajos la frazada, esperando conciliar el sueño y olvidar todo lo que había pasado. 


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Hola ¿Que tal?

Que opinan de la historia, ¿le esta gustando o nada que ver, mejor me voy, esto apesta, escribes muy mal?

Déjenmelo saber en los comentarios!

Muchas Gracias por leer 

Saludos :3



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⏰ Última actualización: Jan 24, 2018 ⏰

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