Capítulo 36. "Eres una pervertida, cariño"

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-¿Ah, tienes novio? -Alzó las cejas-
-Asintió con la cabeza- Si.
-¿Y cómo se llama tu novio? -Preguntó Julian riéndo-
-Soltó una carcajada- Tú eres mi novio. -Le dijo y practicamente se le lanzó encima-


Ay, ¿porqué son tan lindos? Lo que daría por unos hermanos así.

-Tu novio es feo. -Susurró Joaquín-
-Yol se encogió de hombros- Mis amigas dicen que es lindo.

Ah, genial.

-¿Y cuántos años tienen tus amigas, Yolanda? -Dijo Julian-
-6, igual que yo. -Rió-
-¿Creen que tengo competencia? -Solté una carcajada-
-No. -Dijo Julian, lo miré y luego fue inevitable no sonreír-

* * * * *

Los hermanitos de Julian corrieron fuera de la habitación y me levanté para ver cómo estaba el clima. Levanté la persiana y noté que ya no llovía a chaparrones sino que eran unas pequeñas gotitas. Abrí apenas la ventana y saqué mi mano dejando que las pequeñas gotitas de agua humedezcan mi mano. Sentí una presencia detrás mio y supe que era Julian cuando sentí sus manos en mi cintura.

-Te congelaras. -Murmuró en mi oído-
-Me di la vuelta y negué con la cabeza- Tú siempre me mantienes caliente.
-Pensó un momento en lo que había dicho y se hechó a reír- Eres una pervertida, cariño.
-Reí junto con él- Tú me lo contagiaste.
-¿Yo? -Se hizo el inocente-
-Si, tú. Ahora, si me disculpas, iré a tomar una ducha.
-Vé, yo estaré con mi novia y tu novio.
-Reí, sabia que se refería a Yol y Joaquín-

Una vez que salió de la habitación, fui hasta el baño que había en la habitación, abrí la ducha y me despojé de mi ropa.

Una vez que terminé, me envolví en una toalla y salí del baño. Llegué a la habitación y me cambié, me puse la ropa interior, unos pantalones sueltos que por cierto me quedaban un poco largos, una blusa sin mangas y por encima un suéter de lana.
Peiné mi cabello y bajé las escaleras. Al bajar, noté que había llegado Diana, me acerqué a ella y la saludé con un beso en la mejilla.

-Buenas tardes, Ori.. -Murmuró- Al parece Yolanda no entendió el horario.
-Reí- No te preocupes, no soy de faltar a la escuela, una falta no hará nada malo.
-¿Tenías tu asistencia perfecta? -Preguntó-
-Asentí con la cabeza- Si, pero no hay nada de qué preocuparse.
-¿Puedo... preguntarte algo? -Me miró mientras se servía un vaso de jugo-
-Asentí con la cabeza- Claro que si.
-No te lo tomes a mal, por favor, sólo es curiosidad, pero... ¿porqué no estás en tu casa?
-Suspiré- Peleé con mis padres. No tienen idea de mi vida, lo único que hacen es decirme que todo está mal. Saqué un 9 en el exámen de biología y me dijeron que "Está bien, pero podrías esforzarte un poco más" -Me encogí de hombros- Nunca estarán conformes con lo que hago, siempre miran el lado negativo de las cosas. Hace unas semanas era capitana de equipo de animadoras. Una de mis ex-amigas fue novia de Julian y como yo estaba ocupando el puesto, parece que se puso celosa y por eso hizo lo posible para tomar mi puesto de las animadoras. -Me encogí de hombros- Y para terminar, mi madre me dijo que era una prostituta.

Diana quedó perpleja, con la boca abierta.

-¿De verdad me dices todo esto? -Dijo antes de dar un sorvo en su vaso de jugo-
-Asentí con la cabeza- De verdad.

* * * * *

Cuando damos nuestra conversación por finalizada, subo a la habitación, recojo todas mis cosas y maldigo por dentro cuando veo mi blusa favorita rota. Una vez que guardé todo, bajé las escaleras con la maleta y la apoyé contra la pared. Tecleé el número de un taxi pero antes de poder tocar el botón para hablar, Julian me arrebató el teléfono.

-¿A quién llamas? -Preguntó, aunque supongo que ya sabía-
-Un taxi. Ni se te ocurra que vas a salir con el frío y la lluvia que hay afuera. -Le advertí e intenté sacarle mi telefono-
-Rió- Vamos. -Me tomó del brazo- Ni se te ocurra que vas a pagar un taxi cuando yo puedo llevarte sin problemas.

Que caprichoso.

-No, de verdad, no me cuesta nada. Tú quedate aquí, no tiene sentido que salgas con éste clima solo para llevarme a mi. -Dije intentando convencerlo-
-Sabes perfectamente que no hay nada que me haga cambiar de opinión. -Tomó mis cosas- Vamos. -Dijo y me tomó del hombro-
-Suspiré- Vamos.

A la cuenta de 3 abrimos la puerta y salimos corriendo para no mojarnos. Subimos al auto y aceleró. En unos minutos ya estabamos en la puerta de mi casa.

-Gracias. -Sonreí sin mostrar los dientes- Por todo.
-Tomó mi cuello y me dió un beso en los labios- No tienes que agradecer nada, te veo mañana.
-Asentí- Adiós.
-Y recuerda, sea la hora que sea, me llamás. ¿Está bien?
-Está bien.

Bajé del auto prácticamente corriendo y toqué la puerta mil veces hasta buscar la llave en mi bolso. Una vez que la encontré, la puerta se abrió.




PERDON POR INACTIVIDAD

Una fiesta,un error ST |Orian|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora