—¿Puedes apresurarte de una vez? —gritabas con la intención de que tu novio se decidiera a salir de la casa.
—No me presiones, ¡por Dioooos! —respondió ya muy irritado.
—¡Vamos a llegar tarde! Este es un evento muy importante para mí.
Y de hecho lo era, tu hermana estaba a punto de casarse con Lyssandro. Digamos que ustedes dos no eran la pareja más puntual de todas, pero, esta vez de hecho que estaban súper tarde.
—Y también lo es para mí. Pero, no es mi culpa que Demonio haya decidido estropear el regalo de bodas —se defendió Castiel saliendo por la puerta con un terno y el cabello recogido con una media cola. Vaya que estaba muy apuesto y elegante.
Suspiraste y subiste a su automóvil, en la parte delantera. Esperaste a que Castiel hiciera lo mismo y se dispusiera a conducir a la Catedral. Cuando por fin lo hizo, sacó las llaves y arrancó el auto.
[...]
Todo el camino fue en completo silencio. Ni tú ni Castiel se atrevían a formular palabra alguna. Mientras que ustedes seguían metidos dentro de su insoportable orgullo, yo me centraré a contar la historia del inicio de su relación.
Cinco años atrás...
Ibas caminando por la playa junto a tu mejor amiga y hermana, Rosalya se llamaba. Tan despreocupadas de la vida y tan relajadas. Rosa acababa de terminar una relación de 2 años con su enamorado y necesitaba despejarse de todo lo antes posible. Como buena amiga que eres le propusiste un viaje a las playas más hermosas de todo el mundo, cuyas aguas son cristalinas y las olas rompen con total elegancia con las piedras.
En fin, ambas estaban paseando por las orillas y una pelota de playa fue a parar en tu cara, estrellándose con tal magnitud que terminaste tirada y con una nariz sangrando.
—¡Oigan! Serán unos irrespetuosos. Miren lo que han ocasionado —vociferó escandalosamente Rosa, captando las miradas de todos los que rondaban el lugar y, consecuentemente, haciéndote morir de vergüenza.
Mi querida y discreta hermana me tendió la mano, con la intención de ayudarme a pararme, y yo la tomé. El golpe te había dejado algo aturdida y llena de arena. Después de lograr despejarte de cualquier tipo de polvo en tu sofisticado bikini te centraste en detener la pequeña hemorragia de sangre en tu nariz.
—Discúlpanos —avisó un chico rubio que se encontraba corriendo hacia nosotras—. No fue nuestra intención.
—"Do de preocupes" —respondiste. Seguías tratando de detener el sangrado.
—¿Nuestra? —cuestionó Rosa —. ¿Quieres decir que hay más de ustedes? Para perdonarte, deberé escuchar las disculpas de cada uno de ustedes.
—Pero si fue tu amiga la que recibió el golpe —susurró el chico, más para sí mismo que para Rosa.
—¡¿Qué?! —increpó Rosa al pobre sujeto.
—Lo... Lo siento —lamentó—. Se encuentran por ahí— señaló con uno de sus dedos a un grupo de chicos que miraban atentos la escena.
Eran... cuatro chicos, más el rubio, cinco en total. Uno de cabellos blancos que lucía serio; uno de cabellos rojos, parecía molesto; otro pelinegro que miraba la situación divertido y el último era castaño, observaba el suelo como si quisiera ocultarse de algo.
—Disculpa... —te llamó el chico— déjame ayudarte. Me presento, mi nombre es Nathaniel. Un gusto —sonrió.
Por acto-reflejo tú también lo hiciste o solo por educación quizá.
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One-Shots - Corazón de Melón
FanfictionHola. Estas son historias súper (no tan súper) cortas de «Corazón de Melón». Espero que sea de su agrado y que les guste mucho, mucho, mucho. -Café de Ensueño ∮ღ ¡Espero que les guste >u< en lo personal a mi ¡me gustó mucho! Los personajes l...