—Trooyee... ¿Ya ves que si puedes hablar?
Troye estaba recostado sobre su cama, con los audífonos puestos y dándome la espalda.
—Troye, tengo hambre —le dije mientras lo movía de un lado al otro.
Él soltó un gruñido y se tapó la cabeza con la almohada.
—El refrigerador está vacío... Y yo no sé cocinar —me quejé cruzando mis brazos.
Troye salió de su escondite y dio un amplio suspiro. Como si algo lo estuviera fastidiando.
—¿No puedes pedir una pizza? —preguntó sacándose los audífonos.
—¿Comerás la pizza conmigo?
—No.
—Entonces yo tampoco quiero —respondí molesto.
Troye se paró de la cama y se paró frente a mi.
—Comeré pizza contigo —aceptó un poco cansado.
Creo que por poco irradio luz. Al fin Troye se estaba haciendo mi amigo.
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¿Qué me dices si hablamos?
Conto¡Hey, Troye! ¡Deja que me presente! Mi nombre es Nicolas y soy tu preciado y carismático compañero de departamento. Estos días me los he pasado intentando hablar contigo. Sin embargo, siempre me evitas o simplemente me ignoras. Así que Troye... ¿...