Peleamos, otra vez.
Esto ya era una maldita costumbre entre nosotros, pelear por tonterías.
Me dijiste inestable, me dijiste que eras orgulloso, me dijiste que no ibas a cambiar,me dijiste que no estaba lista.
¿Lista para qué? ¿Quisieras explicarme por favor?
Aún no entiendo, decías dejarme pero simplemente no te ibas.
Hablabas y hablas de poder ser solo amigos, pero a gritos pedías que te rogara.Pero nos arreglamos, de nuevo.
Pero bebé, me dejaste un mal sabor de boca. Yo ya no sabía si seguir o parar, no sabía.