Capítulo 2

2.8K 271 43
                                    


Por fin era viernes y Alya había pasado por Marinette para ir al cine. - ¿Qué película vemos? - preguntaba la morena mientras Marinette ojeaba la cartelera.

- Pues no me decido - respondió la azabache aún sin despegar sus ojos del cartel.

- ¿Qué tal esta?, es de terror - decía señalando un cartel donde aparecía un encapuchado persiguiendo a una pareja con un machete ensangrentado en la mano.

- ¡NO! - respondió rápidamente Marinette girándose hacia su amiga. - Sabes que no me gustan las películas de terror. - dijo en voz baja.

- Tienes razón, se me olvido que te asustas fácilmente. En fin... - suspiró - será otra, a mi me apetecía esta, es una pena que cierto rubio no pudiera estar aquí para que te "protegiera"- le dijo con mirada pícara.

- ¡Alya! - gritó la azabache mirando a los lados esperando que nadie hubiera escuchado a su amiga. - Mejor vemos esta. - dijo señalando una comedia romántica.

- Bien, veamos esa entonces. - dijo Alya tirando de su amiga hacia la taquilla y pensando en no hacerla sufrir más...por ahora.

Después de la película las dos amigas fueron a una cafetería, una vez que el camarero se retiró con su orden, Alya se quitó los lentes y empezó a limpiarlos. - ¿Ya tienes tu disfraz? - preguntó sin más la pelirroja.

Marinette la miró extrañada, no sabía a qué se refería su amiga. - ¿Disfraz? - preguntó con curiosidad.

- Si, para la fiesta de carnaval que se va a celebrar en el colegio el próximo viernes. - le aclaró la morena.

- Es verdad, se me había olvidado por completo. No voy a ir. - dijo Marinette con una pequeña muestra de tristeza.

- ¿Por qué no? - preguntó Alya, quien ya suponía cuál era el motivo. Aunque la fiesta no era de parejas su amiga se imaginaría que Adrien recibiría docenas de invitaciones y no tenía el valor de verlo del brazo de otra chica riendo y bailando.

- Por...porque tengo que ayudar a mis padres ese día, hay muchos pedidos y ellos no pueden solos. - dijo sin apartar la vista de su cappuccino.

- Bien, es una lástima que no vengas - dijo con calma la morena mientras daba un sorbo a su té.

Al salir, Alya decidió acompañar a su amiga hasta su casa a pesar de las constantes negativas de esta.

- No es molestia Marinette, además aprovechó para llevarles algo dulce a mis hermanos. - dijo mirando como su amiga asentía bajando los hombros.

Al entrar a la panadería la madre de Marinette las saludos con una sonrisa - Hola chicas, ¿qué tal la tarde?.

- Muy bien mamá, fuimos al cine y después a tomar un café. - respondió dando un beso en la mejilla a su madre.

Alya miraba los escaparates pensando en que llevarle a sus hermanos y buscando su oportunidad.

- ¿Algo que te guste? - preguntó amablemente Sabine mientras se ponía a su lado.

- No sé, todo se ve delicioso, buscaba algo para llevarle a mis hermanos - decía moviendo la vista por todos los pasteles.

- Espera, dame un minuto. - dijo Sabine entrando a la trastienda.

A los dos minutos apareció con una pequeña bandeja llena de pequeños pastelitos variados.

Alya al verlos se le abrieron los ojos y sonrío. - Son perfectos.

- Así no tienes que escoger solo uno, además están recién hechos.

Y ese era el momento que había estado esperando.

- ¿Usted y su marido deben de trabajar mucho para tener siempre estas delicias? - preguntó Alya mirando de reojo a su amiga quien se empezaba a tensar.

- No creas, cariño. Tom y yo después de tantos años ya tenemos esto organizado así que no es tan pesado como parece.

- Ahhh, yo pensé que no tendrían ni un minuto de descanso. Como Marinette no vendrá a la fiesta del próximo viernes porque dijo que tenía que ayudarlos. - dijo la morena mirando a su amiga, la cual tenía una sonrisa nerviosa y una gota empezar a resbalar por su frente.

Sabine miraba sorprendida a su hija y a la amiga de esta. - ¿Marinette, por qué has dicho eso?.

Marinette tenía la boca abierta pero era incapaz de pronunciar palabra. - Yo...yo... - tartamudeaba sin levantar la vista del suelo.

De pronto siente como un brazo pasa por sus hombros y oye la voz de su amiga - Seguramente se habrá confundido, como siempre está tan ocupada, ya le he dicho que necesita una agenda - decía Alya con una gran sonrisa ante una cada vez más confundida Sabine - Entonces aclarado esto vengo mañana para ponernos de acuerdo con los disfraces que llevaremos a la fiesta. - dijo con una sonrisa de satisfacción.

- Sssi, claro - fue todo lo que pudo decir la azabache aún sorprendida por como su mejor amiga se la había jugado.

Sabine al darse por fin cuenta de lo que pasaba solo sonría hacia el par de amigas.

- Muy bien pues entonces me marcho, ¿qué le debo Sra. Cheng?

- No es nada cariño, espero que a tus hermanos les gusten - le dijo mientras le tendía la caja y acercándose a ella le susurró - gracias.

Alya solo le sonrió y se despidió de madre e hija.

Sabine sabía que su hija era una linda niña pero era muy tímida así que seguramente ideó una mentira para no ir a la fiesta y más si cierto rubio iba a estar ahí. Si, Sabine no era ciega y sabia que su hija tenía sentimientos por cierto modelo.


Entre máscaras te veas - Miraculous Ladybug (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora